Dinamizar la economía en Ibagué requiere acciones de impacto. Generar puestos de trabajo para mano de obra calificada y no calificada, que empujen hacia abajo, significativamente, los altos índices de desempleo que golpean a los ibaguereños desde hace varios años, es un imperativo inaplazable.

En ese sentido los grandes proyectos de infraestructura son la manera más efectiva de lograrlo y el Sistema Estratégico de Transporte Público (SEPT), que tendrá una inversión superior al medio billón de pesos, requerirá de obras que con seguridad mejorarán la movilidad en la ciudad y generarán entre cinco y 10 mil empleos directos e indirectos, empleando mano de obra calificada y no calificada, beneficiando también a pequeños y grandes proveedores.

Materializar estas grandes obras demanda una seria y eficaz concertación con la clase empresarial, la academia y la sociedad civil organizada. Tender esos puentes de entendimiento, sobre los temas fundamentales del desarrollo económico, nos permitirá establecer la sinergia necesaria para poner en marcha la reactivación del empleo en la capital tolimense. Sin ello seguiremos sin mirar de frente al futuro.

Estas dos propuestas, urgentes para generar entre todos la competitividad que tanto reclamamos y la eficiencia que demanda la puesta en marcha de cualquier proyecto que se fije dinamizar la economía, nos exige tener una infraestructura eficiente; servicios públicos de calidad, seguridad, educación, conectividad y salud universal, para llegar a serlo.

Así mismo, será un compromiso ofrecer seguridad jurídica a los sectores productivos de la ciudad, necesaria para su tranquilo y seguro desarrollo empresarial. Para ello debemos transformar, a través de plataformas virtuales, la manera de hacer los trámites, no solo para los inversionistas, sino, también, para los ciudadanos de a pie. Es necesario, para ser competitivos, ser primero eficientes.

Si pensamos en exención de la carga impositiva para los inversionistas foráneos, con el compromiso trasparente de contratar mano de obra ibaguereña en un 90 por ciento, que podamos verificar con rigor a través de las planillas de pago trimestralmente, también debemos hacerlo, de manera escalonada, con los que durante años han generado empleo e impulsado el desarrollo económico desde la ciudad.

En este marco hay que entender también que tenemos un compromiso, junto con el empresariado, de formar y capacitar la mano de obra calificada, requerida para algunas empresas y esto lo haremos a través de la técnica, la tecnología y la profesionalización de dicha mano de obra, con la articulación entre el Estado y el Sena.

La Ruta I de la innovación y el emprendimiento será un eje fundamental de la generación de empleo en la ciudad. La diseñaremos en concertación con los empresarios, la academia y la sociedad civil organizada. Con ella buscaremos, dándole importancia a los desarrollos en ciencia y tecnología, apoyar los emprendimientos que hagan más productiva la ciudad.

Dentro de mi plan de gobierno diseñamos unas propuestas muy claras alrededor de la cultura, la música y la riqueza natural de Ibagué, en las que debemos consolidar un clúster o encadenamiento productivo, que fortalezca a Ibagué como un destino turístico.

Lo haremos vigorizando la red de empresarios de ese renglón de la economía, ofreciéndoles garantías estructurales como vías, comunicaciones e infraestructura, que nos permita diseñar un guión turístico para poner en marcha proyectos como la ruta cultural y artística en la ciudad.

Para lograrlo, tanto en la zona urbana como rural, donde tenemos tanta riqueza natural en fauna y flora, debemos trabajar en la formación de la gente, del empresario, del operador turístico, en la cultura ciudadana, en la sostenibilidad ambiental y en el bilingüismo. Si eso comenzamos a hacerlo, en los próximos 10 años en Ibagué generaremos entre 10 mil y 12 mil empleos directos.

                   Todos unidos lograremos que en Ibagué sigamos avanzando.