Graciliano, quien era voceador, dejó un recuerdo imborrable

Crédito: Suministrada / EL NUEVO DIAGraciliano murió esperando mientras se resolvía un problema con una herencia familiar.
Un amigo de esta casa editorial, Graciliano Sierra Corral, un querido y recordado vocerito y promotor de venta del periódico, falleció por cuenta del Covid-19.
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Don Graciliano, de 65 años de edad, murió ayer en la mañana en la Clínica Sharon, donde permaneció hospitalizado por cerca de 10 días debido al nuevo coronavirus. 

Don Graciliano era natural de Venadillo, pero su espíritu libre y viajero lo llevó a recorrer varios rincones del Departamento para llevar las noticias plasmadas en los impresos de los diarios Q’hubo y El Nuevo Día.

Como trabajador independiente, hace 14 años, luego de leer las noticias en el periódico, decidió comenzar a vender el impreso. Un día se acercó a la Editorial y empezó a recorrer la ciudad para tener informada a la comunidad. 

A pesar de que tenía una gran facilidad de entablar charla con las personas y don de gentes, don Graciliano nunca se casó, ni tuvo hijos. En alguna oportunidad vivió con una señora en la calle 14, pero falleció y los hijos de la mujer reclamaron derechos. 

En los últimos años, vivió solo en una habitación ubicada en el barrio La Paz, contiguo al barrio La Aurora, de Ibagué. 

 

Trabajador incansable

Alexánder Beltrán, integrante del grupo de Circulación del periódico, lo recuerda como una persona “muy servicial, siempre pendiente del periódico, de la noticia. Le gustaba viajar a los pueblos a donde llevaba el periódico con un acontecimiento importante”. 

Y agregó: “Recorría Ibagué, conocía la ciudad. Donde había noticia llevaba el periódico, ayudaba a reforzar la venta. Era un buen vendedor”. 

Por su parte, Jhon Harold Murcia Sierra, sobrino de don Graciliano, afirmó que su tío era muy trabajador y paradójicamente nació un 1 de mayo, Día del Trabajo. 

Además recuerda que “le gustaba estar informado, viajaba a los pueblos, iba a los barrios. Era un tío muy alegre, le gustaba cantar, escuchar la radio, hacer las veces de locutor, y no tuvo esposa, ni hijos”.

Durante la pandemia, don Graciliano continuó trabajando, cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad, no obstante, el virus que también se llevó a algunos de sus familiares, lo afectó y desde el 15 de febrero había dejado de laborar. Luego su salud empeoró y fue hospitalizado. Ayer hacia las 7:51 de la mañana, don Graciliano dejó este mundo terrenal.  

Sobre el sepelio, sus familiares indicaron que recibieron apoyo para efectuar las exequias. “Le doy las gracias por la ayuda al Alcalde y a la doctora Francy de Bienestar Social, porque nos apoyaron con eso”, dijo Jhon en medio del dolor por la pérdida de su querido tío. 

Credito
Redacción Generales

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