Maravilloso, así describe Oliverio Díaz el funcionamiento del biodigestor que Cortolima adecuó en su finca de la vereda Ramos y Astilleros de Ibagué, pues fue uno de los 40 beneficiarios de esta iniciativa que adelanta la Corporación en el departamento en la actual vigencia.

Vale indicar que estos biodigestores permiten la reconversión de los desechos de porcinos, que son altamente contaminantes, para transformarlos en biogás y bioabono, lo que genera una producción limpia y sostenible.

Así se contribuye a un saneamiento hídrico con el manejo de aguas servidas y se reduce la tala de árboles para la extracción de leña para cocinar y se reemplazan fertilizantes químicos.

“Es maravilloso porque primero que todo no estamos contaminando las aguas, nos sirve para ahorrar gas, para tener abono para los árboles de café y cítricos que tenemos en la finca”, manifestó Díaz.

Entre tanto Olga Lucía Bernal, esposa del hombre, indicó: “La estufa es excelente. El gas llega con mucha fuerza. Me parece muy bueno porque la llama es azul y se cocinan los alimentos casi que más rápido que en una estufa tradicional de gas”.

Precisamente Olga Lucía Alfonso, Directora de Cortolima, recorrió algunos predios en el sector del Cañón del Combeima, donde se entregaron 10 biodigestores, para verificar su funcionamiento y tener contacto directo con los beneficiados.

“Se ha tratado de desarrollar procesos, de educación ambiental, para que todos entendamos y comprendamos que sí se puede producir y generar una rentabilidad de manera sostenible y los biodigestores son una prueba de eso”, enfatizó.

Explicó que en su administración se han hecho 40 biodigestores en el Tolima. Es decir, esto representa una inversión cercana a los $240 millones, pero el beneficio para el ecosistema es incalculable.

“En la historia de la Corporación se habían hecho 120. Tenemos programados, este mismo año, hacer 20 más. La idea es cada año aportar unos recursos importantes para hacer este proceso de biodigestores”, dijo.

Alfonso agregó que avanza en un proceso para el mantenimiento a más de 100 biodigestores en el Tolima con la finalidad de que estén en óptimas condiciones.

 Más voces

Arvey Santana, quien tiene su predio en la vereda El Retiro, es otro de los beneficiarios y a través de la iniciativa ha despertado una conciencia ambiental admirable, la cual se evidencia en cada palabra que pronuncia. Además es reconocido, por el propio personal de Cortolima, como uno de los más aplicados con los cuidados para el sostenimiento de esta infraestructura.

“Estoy muy contento y feliz con este proyecto porque estamos cuidando mis árboles y el agua. Anteriormente las aguas vertidas iban a las quebradas, pero hoy en día no queremos eso”, expresó.

Hace mes y medio tiene el biodigestor en su finca y unos 20 días atrás prendió por primera vez la estufa. Entre risas asegura que tal es la emoción que su familia no quiere salir de la cocina.

A solo unos metros de distancia, Amanda Ladino Castro en la vereda María Piedra Grande (parte baja) tiene el primer biodigestor del contrato de los 40. Con felicidad explicó que el mayor beneficio es que “ya no me toca ‘comer’ tanto humo porque toda la vida he cocinado con leña, por más de 50 años”.

Junto con su esposo, Rodrigo Zapata, quien se encarga de las labores relacionadas con el biodigestor, reconoció que anteriormente los desechos se vertían en la tierra, pero con este proyecto cambió esa práctica.

Los dos están conformes con el sistema que hace unos 20 días empezó a producir gas para la preparación de los alimentos.

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