Dentro de dichas iniciativas destaca el pago por servicios ambientales, el cual ha manejado una inversión cercana a los $4.300 millones con unos 114 participantes.

“Son acuerdos de conservación voluntarios para que los propietarios o tenedores de tierras nos ayuden en la preservación y restauración, a cambio de eso, se les entrega un incentivo económico o en especie”, explicó Olga Lucía Alfonso, directora General de la Corporación.

Otro proyecto que destaca es ‘Produce sano, cultiva vida’, con el que se ha llegado a unas 1.380 huertas caseras (800 en Ibagué) con una inyección económica superior a los $2.500 millones.

Además se han dotado 186 estufas ecoeficientes, que cuentan con huerto leñero, para lo que se han dispuesto unos $565 millones; asimismo, en la actual vigencia se instalaron 40 biodigestores para la generación de biogás para cocinar y bioabono para cultivos, lo que ha tenido una financiación de $241 millones.

“Estamos convencidos de que casi todos los procesos productivos y de consumo se pueden realizar mitigando los impactos que tienen. Hay que incluir innovación, conocimiento científico y tecnología que nos ayuden a mitigar esos impactos”, expresó Alfonso.

Estas acciones hacen parte de la segunda línea del plan de acción cuatrienal de la Corporación: Ruta Dulima para el cambio climático, que a la fecha registra un avance superior al 75 %.

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