“La verdad es que cuando comenzamos el cese de actividades yo pensé que no estaría mal trabajar porque el dinero no me cae mal, ¿a quién no le gusta poder comprarse sus propias cosas sin depender de los papás?”, comenta Liliana, una joven de 20 años.

Por su parte, Susana, una estudiante de 19, comenta que aunque no descarta trabajar en sus vacaciones, sus padres no le permiten hacerlo. “Ellos temen que a mí me quede gustando el dinero, tener dinero y que luego ya se me haga pesado estudiar, regresar a clases”.

Estos son algunos de los dilemas que enfrentan los jóvenes antes de tomar la decisión de trabajar o no en estas vacaciones. Algunos, que ya lo hacen, manifiestan sus propios pros y contras con respecto al trabajo.

“Yo no digo que sea malo, lo que digo es que en mi caso, por ejemplo, deje de estudiar para trabajar porque había perdido varios semestres. Me gustó más ganar dinero y por eso dejé el estudio para después”, explica Rubén, que hoy tiene 29 años y quien, asegura, se arrepiente “un poco” de no haber terminado sus estudios, aunque no está del todo seguro si desea reiniciarlos.

Por su parte, José Alejandro, un joven costeño de 19 años que cursa sus estudios en la ciudad, señala que “estuve trabajando algunos semestres en vacaciones como mesero. Tampoco pagan muy bien, así que decidí ponerme juicioso y terminar mis estudios”.

Por el lado de los padres
Los padres también tienen su propia opinión sobre el tema del trabajo en vacaciones para los adolescentes y estudiantes.
Lucía Castillo, odontóloga de 44 años, cuenta la experiencia con su hijo Enrique. “Yo no quería que Enrique trabajara porque no le iba muy bien en el estudio. Pero durante su sexto semestre de su carrera de ingeniería, empezó a tocar con una banda los fines de semana en las vacaciones. Al entrar a estudiar en su séptimo semestre, me dijo que su verdadera vocación era la música y vuelta a empezar. Fue duro en nuestro hogar”.

Lucía señala que enfrentó dos dilemas: el primero, una carrera que le parecía “poco formal” y segundo, el ejemplo para su  hermana menor. Sin embargo, en la música, Enrique demostró ser aplicado y juicioso. Hoy está a punto de terminar y siguió con su banda. “Aprendió a ser responsable y eso fue una buena consecuencia”.

Sin embargo, no todas las experiencias resultan buenas, el otro lado de la moneda lo expresa Mariana, de 50 años, mamá de Rubén, quien en párrafos anteriores expuso su caso. “Me arrepiento mucho de no haber presionado a mi hijo para que terminara su carrera. Aunque él no lo dice, yo sé que él hubiera querido estudiar. Yo permití que trabajara sin terminar y hoy ya tiene responsabilidades que dificultan su oportunidad de estudiar.

La mayoría de los países latinoamericanos, incluido Colombia, tienen leyes que permiten trabajar a los chicos sólo a partir de los 16 años, aunque estas regulaciones raramente se cumplen, en parte por la crisis económica y en parte por la corrupción de los funcionarios públicos.

Los padres deben tener en cuenta el conocimiento de la personalidad del joven, el trabajo que hará y cómo este le aportará a su vida.

Preguntas y respuestas
Marta Restrepo Ortiz.
Psicóloga
Camarademediacion.com
¿Cuales son los beneficios que tienen los jóvenes si se dedican a trabaja durante sus vacaciones de estudio?
Esta experiencia le lleva a comprender cómo es la vida laboral, y a valorar la importancia de seguir estudiando, pues cuanto más se prepare, mejores empleos y mayor calidad de vida podrá conseguir; y por el contrario, cuanto menos estudie, más limitado tendrá su horizonte laboral. Es importante que los padres estén pendientes de lo que pasa con su hijo si va a trabajar en sus vacaciones, ya sea el caso de que trabaje con ellos mismos, o con  otras personas. Cuando un joven trabaja en los periodos de vacaciones (con el permiso de sus padres) la experiencia le ayuda a ser una persona independiente, y cada vez más responsable, al comprobar la importancia de presentar resultados y rendir cuentas ante otras personas, bajo una serie de normas (horario, jerarquía, etc.).

¿Cuales son los perjuicios que viven los jóvenes si se dedican a trabajar durante sus vacaciones de estudio?
“A veces el hecho de empezar a trabajar puede generar falta de interés por continuar en el colegio o la universidad, ya que hay jóvenes que al empezar a cobrar un salario por primera vez, se sienten atraídos cada vez más por el dinero a corto plazo, y  olvidan de la importancia de completar la etapa académica para su futuro”.

¿Porqué los padres a veces no quieren que su hijo trabaje?
Los padres saben que sus hijos están en etapa de crecimiento físico, mental y emocional, y que la prioridad es estudiar y tener un proyecto de vida para vivir con calidad, saben que lo importante es la formación académica y familiar. Además, los jóvenes que trabajan están expuestos a muchos riesgos, como la explotación y el abuso, sumado a la posibilidad de la deserción escolar. En ocasiones es difícil para un joven distinguir que muchos de los límites que le ponen sus padres tienen una finalidad pedagógica, cuando lo más cómodo para unos padres sería relajarse y no poner límites.
Según la legislación vigente en Colombia un menor de 18 años no puede trabajar, salvo autorización expresa de sus padres.

LA VOZ DEL EXPERTO
CAROLINA DULCEY
Psicóloga Unab
Existen dos formas de trabajo: el forzoso y el recreativo. El forzoso es cuando por una circunstancia familiar se hace necesario que el joven entre en el mercado laboral y el ­recreativo, cuando se trata de inculcar en él valores y responsabilidades.

Contras:
*Que el dinero genere dependencia emocional.
*Peligros y riesgos que podrían ­correr en un lugar de trabajo.
*La sensación de que no debe rendir cuentas a los padres.
*Descuido en los estudios.

Pros:
*Reconocer el valor del dinero.
*Adquirir responsabilidades sociales.
*Reconocer el valor de la imagen.
*Aprender a reconocer su situación social en el mundo. Pague lo que quiera por el Voxatron humilde