Relaciones de pareja, respétate a ti mismo

“Rotarse” las parejas es una tendencia entre los adolescentes. La novia de un integrante de un grupo de amigos pasa a ser la novia de otro.

Y el novio de una de las chicas del grupo, a ser novio de la otra. Incluso se presentan infidelidades, un concepto que cala en los jóvenes. Pero además del desgaste emocional, también les preocupan a los expertos las enfermedades de trasmisión sexual.

Camila reflexiona hoy sus conflictos del año pasado y por eso ha determinado no volver a tener novio, por lo menos hasta que termine la universidad.

Varias de sus amigas y pretendientes señalan que es una decisión muy radical, ya que Camila tiene apenas 19 años y va en quinto semestre de ingeniería industrial. Sin embargo, ella asegura que las experiencias que le quedaron sobre los noviazgos no la dejaron con muchas ganas de tener una relación.

“Éramos un grupo grande de amigos en la universidad. El grupo lo conformábamos 3 chicas y 4 hombres. Me enamoré de uno de ellos, pero era muy celoso y decidí terminar la relación”, explica Camila.

Al poco tiempo y gracias a la perseverancia de otro de los amigos de su grupo, Camila se ennovió de nuevo y aunque esta relación tampoco duró, no le pareció nada del otro mundo salir con uno de sus compañeros de la universidad fuera de su grupo.

“Mis exnovios lo tomaron muy mal, aunque no lo demostraban al principio. Mi nuevo novio se adaptó muy bien a nuestro grupo y lo incluyeron en las actividades, pero un día noté que entre ellos comentaban cómo era yo como novia y mis defectos y virtudes. Eso fue un golpe muy duro para mí, mi reputación estaba en juego”.

Camila considera que fue un error haber salido con sus compañeros de grupo de estudio en la universidad, ya que se sintió usada. “Es muy feo. Mi mamá me dice que cómo se me ocurrió dejarme pasar de novio en novio, pero en ese momento yo no lo vi mal, simplemente las relaciones no funcionaron, pero ahora sé que fue un error”.

Un caso parecido es el de Richard, un estudiante de secundaria de 16 años que está próximo a ingresar a la universidad. “Le puse los cachos a mi novia, primero con una chica ya universitaria amiga de un amigo y luego con una niña de mi conjunto. Pero mi novia se enteró y las tres se citaron. Fue muy humillante para mí. Luego supe que ella estaba saliendo con uno de mis amigos”.

Expertos en psicología adolescente, como Juan José Rivas, señala que “rotarse” las parejas entre los chicos es una tendencia que ha pasado a considerarse normal, ya que los adolescentes copian modelos de los adultos, pero sus procesos emocionales aún no han dado un tránsito completo a la madurez.

“El problema de rotarse las parejas es que además de la promiscuidad y las enfermedades de trasmisión sexual que se pueden presentar, las experiencias de las relaciones se deforman, se convierten en una especie de conquista constante y nunca pasan a un compromiso real”, señala Rivas.

También asegura que esta rotación es algo que los chicos aprenden de los padres, que no les hablan acerca de cómo manejar una relación o que ven hogares muy inestables.

“Los adolescentes no tienen por qué copiar el patrón de los padres, pero si no les hablan sobre el tema tienden a repetirlo. A los jóvenes hay que hablares de fidelidad sin misterios, simplemente como una forma práctica de ver la vida porque implica menos complicaciones”, puntualiza el psicólogo.

LA VOZ DEL EXPERTO
Fidelidad en el amor
adolescente

Alejandra Libenson
Psicopedagoga, Psicóloga,
especialista en crianza y vínculos
autora del libro ‘Criando hijos, creando personas’

“En tiempos de enaguas y sombreros, nadie se preguntaba si el caballero luego de cotejar a su dama se iba de copas con otras mujeres por ahí. No porque no lo hiciera, sino porque constituía, tal vez, un tema tabú del que nadie se hacía responsable.

En la actualidad, en cambio, la infidelidad es un asunto a la orden del día, del cual muchos hasta se hacen cargo sintiendo más orgullo que vergüenza. Porque la popularidad de la sociedad      moderna está más ligada a apariencias que sentimientos, y caer en la tentación resulta más sencillo y satisfactorio.

Si bien la fidelidad es un concepto distinto según la etapa en la que se está viviendo la relación, hay parámetros que demarcan la infidelidad como una sola: el hecho de colocar al otro en la categoría de objeto y no de sujeto y/o el temor al compromiso, a involucrarse sentimentalmente con una sola persona.

Sin embargo, la infidelidad podría categorizarse – en la adolescencia – más como una búsqueda personal, con conocerse a uno mismo, y no tanto con la traición que representa hacia el otro.

Por supuesto que las relaciones adolescentes tienen varias subcategorías y no siempre el concepto de fidelidad queda implícito. Es por esto que tal vez, en esa etapa, los “cuernos” sean un asunto cotidiano, aunque no por ello deba ser menos doloroso para quienes lo padecen”.

Credito
belkys p. esteban

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