Entrar a la Universidad es el propósito de la mayoría de jóvenes colombianos que logran terminar su grado de bachiller. Pero iniciar su carrera universitaria y a la vez enamorarse, en realidad, no es la meta que tienen muchos.

Sin embargo, conocer el “amor de su vida” como algunos le llaman, es algo que en medio de libros, pupitres, tableros y parciales, puede presentarse sin buscar.

Por eso, salvarse o no de caer en las ‘mieles’ del amor, es imposible de asegurar, pero en algunos casos enamorarse es un apoyo o simplemente una barrera. 

Laura Rodríguez, estudiante de Comunicación Social de la Universidad de Ibagué, asegura que, “yo me he enamorado mientras estoy en la U. y creo que sí me ha afectado, porque a veces uno le dedica más tiempo a la pareja que al estudio. Y cuando hay discusiones mi ánimo decae y no rindo.  

“Pero también aporta, porque es un apoyo, es como una motivación para rendir, porque uno se siente feliz”.  

Por su parte, Mónica Herrera, estudiante de Biología de la Universidad del Tolima, afirma que, “nunca me he enamorado pero, quizás, si lo hago, me afecte un poco, ya que tendría que rendir mi tiempo mucho más para poder verme con él, hacer trabajos y estudiar para parciales”. 

En cambio, Alejandra Mosos, estudiante de Comunicación Social de la Universidad de Ibagué, dice que sí se ha enamorado durante su carrera universitaria, sin embargo, “nunca me he desestabilizado, porque es una persona que siempre me ha apoyado tanto a nivel sentimental como académico, ya que se expresa muy bien, entonces revisa mis trabajos y le da sentido y orden a los escritos que realizo”.  

Entonces, lograr un equilibrio entre los estudios y el corazón depende de muchos factores, entre ellos, aprender a llevar una relación sentimental en paz y comprender que cada persona tiene su mundo, su vida y su libertad, por lo cual manejan los espacios de diferentes maneras y no siempre el amor va a ser su prioridad. 

Habla la experta

Verónica Mesa, psicóloga Juvenil, afirma que “enamorarse no implica necesariamente un bajo rendimiento académico, eso depende de cómo se maneje la relación de pareja.  

“Hay que tener en cuenta las prioridades que tiene el individuo y su proyecto de vida. Allí influyen los intereses y los espacios que maneja cada uno. Si la pareja es una persona sana mentalmente, se puede convertir en un apoyo para que su novio o novia culmine satisfactoriamente sus estudios y no se afecte su rendimiento académico; además si existe una estabilidad emocional, contribuirá a la construcción de su proyecto de vida”.

Pero en toda relación llegarán momentos de intranquilidad, donde muchas veces las peleas abundan y usted siente que su estabilidad emocional se va al piso, por eso, ahí es cuando debe tener claro cuáles son sus objetivos.

Así que si usted está enamorado, tenga en cuenta que  no hay razones suficientes para huirle a las responsabilidades, no se crea incapaz de lograr sus metas aunque tenga el corazón ‘arrugado’. 

Mejor disfrute de esos momentos de amorío en los que siente que el cuerpo no le cabe en la ropa de tanta felicidad y donde para usted el amor sería el mejor invento del mundo, disfrútelos, porque luego de que “lo suban como palma y lo bajen como coco”, ni el ‘Chapulín colorado’ hará sus trabajos. 

Para que mantenga un equilibrio entre sus trabajos académicos y su pareja, aquí unos tips:

1.Tenga presente que el amor propio siempre es lo más importante a la hora de tener una relación.

2.No olvide cuáles son sus metas y propósitos.

3.Recuerde que ninguno de sus sueños y mucho menos su estabilidad emocional, puede depender de su pareja.

4.Si la situación se pone problemática, respire, ocupe su mente en otra cosa y trate del olvidar el tema.

5.Siempre priorice sus trabajos académicos, ya luego vendrá tiempo para compartir en pareja. 

6.Aprenda a dividir el tiempo y a utilizarlo de la mejor manera.