No les mienta

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La familia es la primera que enseña, inconscientemente, a los hijos a faltar a la verdad. Recuerde que los niños imitan lo que ven y viven, así que por muy inocente o pequeña que sea la mentira, es mejor que siempre les hable con la verdad.

Los adultos mienten, mucho y a menudo. Algunos lo hacen en presencia de sus hijos, y es probable que usted sea de los que piensan, igual que otros, que mentir es algo innato, pero no olvide que también es un comportamiento que se enseña, aunque sea de forma indirecta.

Recuerde que así lo haga sin mala intención, en su hijo puede ir cambiando la imagen que tiene de usted.

Es esencial hablarle con la verdad y no ocultarle la realidad de las situaciones, pues esto lo formará dentro de un núcleo de sinceridad y honestidad.

Tenga en cuenta que al explicarle la realidad de lo que ocurre, debe ser muy prudente y cauteloso, pues así ayudará a su hijo a entender lo que sucede y no crear traumas psicológicos.

Decir mentiras al niño o adolescente es enseñarle a mentir y no formarlo como una persona con valores y criterios para enfrentarse a cualquier realidad; además, ¿qué hará cuando sea usted la víctima de esa falsa realidad?

Si usted no es capaz de enfrentar la realidad de un momento delante de su hijo, en un futuro, y seguramente no muy lejano, podría volverse en su contra este comportamiento.

Las pequeñas mentiras

Un equipo de psicólogos de la Universidad de California en Estados Unidos llevó a cabo una investigación para conocer cuáles son las mentiras funcionales que se suelen utilizar los padres, para regular determinadas conductas de los niños. Estas pequeñas mentiras se dividieron en cuatro grupos:

- Mentiras que buscan influir en los hábitos de comida de los niños (por ejemplo: si no se comes la verdura, le saldrán granos en la cara).

- Mentiras para conseguir que los niños permanezcan quietos o tranquilos (por ejemplo: Si no viene conmigo, lo dejaré aquí solo).

- Mentiras para detener una mala conducta (por ejemplo: Si no se porta bien, llamaré a la policía para que se lleven con ellos).

- Mentiras relacionadas con las compras o el dinero. (Por ejemplo: volveremos otro día y lo compramos).

“LA EDUCACIÓN SE DA CON EL EJEMPLO”

Hable con la verdad

Existen temas difíciles de abordar con los hijos, pero es mejor que lo haga siempre con sinceridad, evitando herirlo emocionalmente. Juan Gabriel Sánchez, psicólogo especializado en Juventud, dan las siguientes recomendaciones:

- al hablarle sea claro, conciso y preciso.

- tenga en cuenta qué tipo de información debe suministrarle a su hijo.

- sea sutil con lo que dice, no ofenda con el lenguaje.

- considere la edad de su hijo; dependiendo de esto podrá abordar el tema.

Juan Gabriel Sánchez

Psicólogo especializado en Juventud

Para el profesional Juan Gabriel Sánchez, decir la verdad y la mentira lo relacionan en una posición entre el bien y el mal, “pensando que la mentira es mala y la verdad es buena, pero existen situaciones en el que la verdad puede ser mala y la mentira buena, es un asunto de saber decir”.

Así mismo, Sánchez cree que “el padre de familia tiene que pensar y reflexionar bien antes de dialogar con su hijo, pues hay cosas que no pueden decir a los hijos o que deben saber decirse, hay que saber en qué momento hacerlo; por ejemplo existen secretos de familia o personales que no deben contarse”, sin embargo, aclara que los padres deben inculcar y enseñar el valor de la verdad.

“Es necesario actuar siempre honestamente con el hijo, hablar abiertamente y sin rodeos, no siempre se le puede contar a un hijo todo, en casos extremos es mejor ocultarlos hasta que tenga un manejo del control de las emociones y raciocinio”, dice el psicólogo.

Además cree: “Al hablar de una verdad, dependiendo de lo que sea, se debe tener en cuenta la edad del hijo, si lo que se va a decir es delicado y grave, debe hacerse calmadamente y siendo objetivo”.

Viviana Rangel Manzano

Sicóloga, especialista Violencia Intrafamiliar.

¿Cuáles son las consecuencias de mentirle al hijo?

Un padre que miente, se convierte en un padre desacreditado para dar consejos sobre los problemas que conlleva la mentira. Muchos consideran que las mentiras blancas deben ser comprendidas por los hijos debido a que representan una solución inmediata en alguna situación cotidiana; sin embargo, no se dan cuenta de que se están descalificando cuando tengan que hablar sobre la verdad o sobre el simple hecho de imponerles un castigo por mentirosos.

Recordemos que la educación se da con el ejemplo y coherencia en nuestros actos, esto permite construir confianza y respeto no sólo en familia sino en las relaciones con los demás.

¿Qué sucede cuando los padres evaden los temas para hablar de la verdad?

Se desplazan los mismos miedos; es decir, algunos padres temen tocar temas un poco espinosos como hablar de sexo, de religión e incluso de política con sus hijos por no saber cómo abordar las preguntas o por simple tabú; en muchos casos los progenitores también fueron receptores de este tipo de educación, no olvidemos que nuestra sociedad tiene un tinte conservador que ha permeado por generaciones, creando percepciones erróneas en el trato de temas específicos con los hijos, la evasión en casa transmite un significado de negación y oposición frente a la curiosidad del hijo, el cual en últimas querrá de alguna manera despejar por otros medios (con amigos o Internet) sus dudas que en muchas ocasiones resultan confundiéndolos o llevándolos a las altas estadísticas de aprender de los errores.

¿Cómo hablarles de la verdad de las situaciones?

Sencillamente informándose para abordar la situación o tema con responsabilidad y pericia. En casos de existir dificultad, confusión o tabú en la información, es mejor buscar ayuda en los diferentes profesionales sobre el tema de interés, esto permitirá transmitir confianza y seguridad que lo que está preguntando es importante y tenido en cuenta en la familia.

Credito
EL NUEVO DÍA

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