El verdadero valor de la Navidad

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Una llamada, un saludo, un abrazo o una visita pueden tener mucho más valor que un regalo costoso. Que la Navidad sea una época para ‘regalar’ afecto.

Muchas veces nos preocupamos por los regalos que vamos a dar e, incluso, por los que vamos a recibir. Hacemos cuentas y tratamos que tener el dinero suficiente para dar a nuestra familia y amigos más cercanos algún tipo de detalle.

De acuerdo con nuestro presupuesto, algunas veces podemos dar detalles costosos, otras veces no tanto, pero siempre está en nosotros la preocupación por los ‘regalos de Navidad’.

Sin embargo, no siempre la situación económica se presta para dar obsequios, algunas veces, por más que lo intentemos, el bolsillo no aguanta tantos gastos y más sabiendo que enero es uno de los meses que más gastos demanda, pues llega la matrícula de los hijos, útiles escolares, impuestos de la casa, el carro e incluso las vacaciones familiares.

Y es ahí cuando la Navidad se nos convierte en una verdadera tortura financiera. Pero, ¿qué hay de los detalles que no tiene un valor comercial y sí tienen un verdadero significado de amor?

A veces olvidamos el verdadero sentido de la Navidad y lo que realmente importa en esta fecha del año.

Durante todo el año los padres se esfuerzan por trabajar más tiempo para brindar una mejor calidad de vida, y esto, generalmente, se ve reflejado en la disminución de tiempo para con sus hijos. Por esto, de acuerdo con el psicólogo Andrés Fernández Parra, la Navidad es el momento ideal para compensar la familia tras mucho tiempo de ausencia.

“La Navidad es una época para recompensar a la familia y no solo con detalles económicos, también podemos ‘regalar’ tiempo, amor, espacios para compartir y hasta dedicar cinco minutos para llamar a aquel amigo o familiar con el que hace mucho tiempo no conversamos”.

Muchas veces, una tarde en familia, asistir a las novenas de aguinaldos o rescatar algunas de las tradiciones navideñas se vuelve el mejor regalo para quienes nos rodean.

“Independientemente de la religión de la que hagamos parte, todas las familias tenemos costumbres en esta época del año. Algunas asisten a las novenas de aguinaldos de las 4 de la mañana, otras las hacen en la noche con toda la familia y se reúnen en una casa diferente cada noche, otras comparten al menos un día familiar ya sea con un desayuno, un almuerzo o una cena, pero, generalmente todas buscan este tipo de espacios”, comentó el experto.

Así que si usted es de aquellos que siempre dice que está muy ocupado cuando tiene una reunión familiar o con sus amigos, piense bien y que diciembre sea una época para que ‘regale’ tiempo, amistad, sonrisas y abrazos. Saque su mejor versión, sea feliz y haga feliz a quienes lo rodean. No siempre el regalo más caro es el que la gente espera.

 

Actividades para hacer en familia en época de navidad

 1. Adornar la casa. Adornar la casa puede ser una actividad muy creativa. Puede hacer manualidades para elaborar guirnaldas de papel, bolas o estrellas.

Además de los adornos, los niños también pueden hacer las postales de felicitación para enviar a la familia o a los amigos, y se divertirán pintando y coloreando y también llevándolas ellos mismos.

2. Fomentar la solidaridad. Una buena opción para fomentar la solidaridad entre los más pequeños es participar en la campaña de juguetes, y explicarles por qué es importante ayudar a los demás y destacar que es algo que se debe hacer todo el año.

3. Participar en actividades. Durante estos días, las bibliotecas y otros centros organizan talleres infantiles de juegos relacionados con la Navidad, lectura de cuentos, marionetas, manualidades. Una gran cantidad de actividades en las cuales compartirán juegos y experiencias con otros niños.

4. Ir al cine. Hay que disfrutar del cine de verdad y de la atmósfera que se genera. Ahora hay muchas películas familiares para ver, así que no hay excusa que valga.

5. Disfrutad de un rato de charla en la cama. Durante la rutina, este lujo queda al alcance de muy pocos, así que en las vacaciones, un encuentro familiar en la cama puede ser de lo más gratificante.

6. Visitar algún mercadillo artesanal. Si hablábamos de hacer adornos con nuestras manos y el valor de lo que esto transmite, que mejor que hacerles ver la importancia que tiene eso con la artesanía y evidenciarles aún más que cada objeto tiene una historia y un valor detrás: el valor de lo cercano.

7. Hacer balance del año y buscar todo lo positivo. Hacer balance nos permite tener un rato de calidad para hablar sobre nosotros como familia y sobre cada uno en particular. Un momento para evaluar nuestros avances y poder ver qué podríamos mejorar.

8. Plantear los propósitos del nuevo año juntos. Siempre hacemos nuestros propios propósitos pero… ¿y si lo hacemos en familia y que sean comunes para todos? Es la mejor forma de iniciar el año.

 

La voz del experto

 Ricardo Avellaneda, psicólogo de familia

La época de Navidad genera en las personas un estado diferente, la gente tiene una mejor disposición para las cosas, de cierta forma se puede decir que ‘se les ablanda el corazón’.

Por eso, esta es una fecha ideal para perdonar, sanar rencores, acercarnos a las personas, compartir con quienes hemos estado alejados, dedicarle tiempo a nuestros hijos, a nuestros padres, tíos, primos y demostrar todo nuestro afecto a nuestra pareja.

Una buena forma de compartir con la familia en esta época es recordando aquellas tradiciones navideñas que nos enseñaron nuestros abuelos o nuestros padres. Rezar la novena, jugar a los aguinaldos, cantar villancicos, hacer el pesebre juntos e, incluso, hasta hacer el ‘Año Viejo’.

Además, es responsabilidad de los padres fomentar estas costumbres en sus hijos, inculcarles el verdadero sentido de la Navidad y lograr que ellos, año tras año, se involucren con estas tradiciones, para que ellos a su vez las sigan transmitiendo de generación en generación.

 

Hablemos en familia

 Jorge Eliécer Díaz Wilches

Bienvenida la Navidad

Navidad ha dejado de ser una época de alegría, recogimiento y unión familiar para convertirse en rumba, trago, sacar a flote resentimientos, rabias, rencores o envidias, propiciando peleas, rupturas matrimoniales, asesinatos, dejando salir lo peor que tienen las personas.

Me inquieta que subsista esta concepción equivocada sin mirar la Navidad como una fecha para propiciar valores entre adultos, niños y jóvenes, disfrutando las tradiciones al escuchar villancicos, decorar el árbol de Navidad, hacer la novena, cantar alrededor del pesebre en el que padres e hijos disfrutaron su elaboración, disfrutar alrededor de la mesa la comida de mamá y las abuelas con la exquisita natilla, los tamales, empanadas, el pavo con otros riquísimos manjares y la llegada del 24 para entregar los anhelados regalos.

Somos pensionados y gracias a Dios seguimos conservando en familia el legado de nuestros antepasados. Quisiera saber: ¿cómo propiciar la recuperación de las tradiciones Navideñas en la juventud de hoy?

Respuesta

Estimado señor: La Navidad es la fiesta más importante del Cristianismo en la que celebramos en familia el nacimiento de Jesús. Es la época propicia donde papá, mamá e hijos en compañía de sus familiares y amigos se unen para festejar alrededor del pesebre cantando, rezando y disfrutando de recuerdos, cánticos, comida y regalos, Es allí donde inculcamos en los niños el sentido humano y trascendente de la vida.

Donde podemos estimular valores como la compasión, el respeto, la comprensión, solidaridad, humildad y el amor por los demás, estaremos enseñándoles a través del ejemplo que Navidad es origen, inicio y comienzo de una nueva época donde aceptamos nuestras imperfecciones y nos comprometemos a mejorar, valorando cualidades, habilidades o talentos especiales. De manera sencilla, cercana y afectuosa fomentamos en los chicos el verdadero valor de la Navidad y sus tradiciones.

Reflexión

Navidad significa nacimiento, inicio, principio de una nueva vida.

Es la fecha especial en que podremos realizar el balance de nuestro camino existencial para elaborar un proyecto de vida que nos permita cambiar o mejorar en aquellos aspectos que reconocemos se requiere de nuestro compromiso, esfuerzo y disciplina para ejercer un proceso de aceptación, evolución y transformación.

Credito
Lenix Arenas Ramírez

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