El empresariado en el posconflicto: prueba de fuego

Si las negociaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc llegan a buen término, se desmovilizarán 20 mil personas, una suma que parece impactante pero que se queda corta frente a las 55 mil que dejaron el proceso de justicia y paz y las deserciones de la guerrilla en los últimos años.

Aunque la empleabilidad de los desmovilizados es el reto más evidente, este por sí solo no garantiza el éxito del posconflicto, según lo demuestran experiencias locales e internacionales. El éxito del proceso de reinserción laboral tiene múltiples frentes, como la responsabilidad que le atañe a cada uno de los actores en el proceso de la anhelada consecución de la paz. El actor más obvio, sobre quien reposa el compromiso directo de la negociación, la seguridad y el desarrollo, es el Estado, pero sin duda el sector privado o empresariado colombiano tiene un rol definitivo como facilitador y soporte del proceso, así como constructor de escenarios de inclusión en su área de influencia.

Expertos en el tema opinan que contar con el apoyo empresarial es una señal muy poderosa para el resto de la sociedad. Si estos, cuyos bienes o actividad productiva dependen de que este país funcione, le apuestan a esta fórmula, debe ser porque confían en el curso de un buen proceso y eso se transfiere a los demás observadores. Cuando están abordo no es una garantía, pero cuando no lo están, parece ser una buena forma de predecir el fracaso de un proceso de paz

Es de aclarar que el aporte de los empresarios en el proceso puede trascender del tema complejo de la empleabilidad, que es bien sabido puede llegar a atemorizar especialmente en algunos sectores de la economía. Sin embargo, es importante conocer otras alternativas relacionadas con fondos de inversión en las que, en línea con mantener el interés de las compañías, pueden donar tiempo, recursos o dinero.

Hay que tener en cuenta que en el contexto de la empleabilidad existen perfiles complejos y muy diferentes, con conocimientos y habilidades distintas y con historias de vida que permitirán que unas personas sean más adaptables que otras.

Entender esto y saber cómo aportar de la manera adecuada es el primer paso de los empresarios en la búsqueda de la paz.

Como empresario y como colombiano tengo un enorme sentido de compromiso con este proceso. Es algo que hemos buscado por años y que no será responsabilidad exclusiva del Estado sacarlo adelante. Hoy se han puesto sobre la mesa distintas alternativas y seguramente en nuestra organización optaremos por la mejor para la iniciativa y para nosotros.

De cara al proceso que se avecina, es fundamental trabajar muy de cerca con las autoridades en cada uno de los frentes mencionados. Es mejor no inventar fórmulas y asesorarse por quienes ya lo vienen desarrollando.

Hay que medir el riesgo a partir de experiencias de África, El Salvador, Guatemala, e incluso en nuestro propio país, ya que aunque todavía no hay una última palabra frente a cuál es el camino correcto y lo que verdaderamente funciona, es evidente y conocido lo que puede llevar al fracaso.

Credito
JOSÉ MANUEL ACOSTA GÓMEZ Presidente de Human Capital

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