Esta semana, las noticias sobre la segunda economía más importante del mundo, China, no fueron las mejores. El pasado 24 de agosto fue catalogado como un “lunes negro”, debido a la caída de las bolsas del gigante asiático.

Ese día, la bolsa de valores de ese país tuvo un descenso del 8.5%, el mayor desde 2007. Y junto a ella, sus similares en todo el mundo también cayeron drásticamente, por los temores de los inversores a una desaceleración económica en China.

Shanghái lideró el desplome general, con una caída del 8.49%, después de haber llegado a perder el 9% durante la sesión del lunes, y cerró en su nivel más bajo en ocho años, con 3.209,91 puntos. La semana pasada, había bajado más del 11%.

El Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró la jornada con una pérdida del 4.61%, cayendo a su nivel más bajo en seis meses, tras cinco sesiones consecutivas en rojo.

Hong Kong también se vio afectada, pues el índice Hang Seng bajó un 5.17%, en tanto que la Bolsa de Taipei, en Taiwán, perdió un 4.8%. En India, el Sensex retrocedió un 5.94%, hasta los 25.741,56 puntos, su peor caída desde enero de 2008.

Contagio mundial

De acuerdo con los expertos, definitivamente lo que sucede en la economía china genera consecuencias en el resto del mundo y tiene impacto en los principales índices accionarios.

Por ejemplo, en Colombia, los TES y las acciones cayeron como consecuencia de lo que está ocurriendo en ese país, a miles de kilómetros del nuestro.

Según el gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, el impacto se ve sobre las economías que producen materias primas. “Vimos una fuerte caída de la Bolsa en China y eso ha generado una enorme volatilidad en los mercados financieros internacionales y, también, un impacto significativo de los productos básicos, incluyendo el petróleo. Esta caída del precio internacional del petróleo tiene más efectos en países productores como Colombia”, precisó.

De acuerdo con Uribe, la situación no es de alarma para el país, pues Colombia ha construido un marco político macroeconómico de forma correcta, lo que ha permitido enfrentar choques externos. “Además, esta situación económica actual del mundo permitirá que el país busque nuevas oportunidades para incentivar otras industrias y el consumo de productos nacionales”, agregó.

Expertos internacionales aseguran que, precisamente, los productores y exportadores de ‘commodities’ son los mayores afectados por la ralentización de China. “En muchos casos, su economía se basa en la venta de materias primas, bienes de los que el país asiático es el mayor consumidor mundial, por lo que un menor crecimiento se traduce en menos compras y en un menor desarrollo”, aseguran.

Javier Díaz, presidente de Analdex, señala que, efectivamente, con China se tienen relaciones comerciales basadas en las exportaciones de bienes básicos, que, en primera medida, no responden a la tasa de cambio, sino de la demanda internacional.

“En la medida que China tenga un menor crecimiento, es indudable que tendremos una menor demanda por ese tipo de productos. Entonces, hay más un efecto negativo por el tema de crecimiento de la economía china que otra cosa”, explicó el vocero de los exportadores.

Finalmente, Guillermo Botero, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, explica que el problema está muy concentrado en la situación de China, y eso produce un efecto en todos los países emergentes grandes, no solo en Colombia.

“Lo que hay que hacer es que el Gobierno y los que tengan dólares los vendan, para quitarle la volatilidad a la moneda. El Banco de la República debe estar contento, porque se le están valorizando las reservas. La situación general es difícil, porque va a pegarle duro a la inflación, y con ese dólar tan alto, afecta directamente el bolsillo del consumidor colombiano. Habrá muchas empresas gravemente golpeadas”, concluyó el dirigente gremial.

Aversión al riesgo

Según Investigaciones Banco de Bogotá, como consecuencia de la caída de los principales índices accionarios en China, se configuró un episodio global de aversión al riesgo. “En este caso, el detonante fue la ausencia de un recorte en el encaje bancario en China, una medida que parte del mercado anticipaba”.

Para contrarrestarlo, el banco central de China decidió implementar varias medidas de estímulo monetario que revirtieron el episodio de aversión al riesgo. La tasa de política monetaria se redujo en 25 puntos básicos, hasta 4,60%, y los requerimientos de reservas descendieron 50 puntos básicos, hasta 18%.

Esto también incide en las perspectivas de crecimiento de las economías del mundo, que podrían reconsiderarse aún más a la baja.

La preocupación por el crecimiento chino y su impacto en la economía global genera caídas en los principales índices accionarios en el mundo. Según Julián Cárdenas, de Protección, “en Colombia, los TES y las acciones pueden caer más de lo que vimos la semana anterior”.

Por su parte, Camilo Silva, director de análisis técnico de Valora Inversiones, aseguró que “el nerviosismo aumentó la demanda por las divisas más seguras, como el dólar y el euro, generando otra sesión de devaluaciones en las economías emergentes. Un fenómeno al que no fue ajena Colombia, pues los costos de la moneda estadounidense y la europea superaron los $3.237 y los $3.747, respectivamente”.