Las intoxicaciones en los bovinos

La eficiencia produc­tiva y el saber de enfer­medades que afectan el hato bovino van de la mano. Conocer y prevenir.
Las enfermedades que afectan la producción bovina producen muchas mermas en la productividad y economía del hato.


Algunas de ellas las producen parásitos, que incluyen parasitismos externos, internos y hemoparásitos o parásitos de la sangre, o enfermedades producidas por Clostridium, como carbón sintomático y botulismo, la mastitis, la paratuberculosis, la leucosis y la pasteurelosis u otras como las enfermedades carenciales.


¿Qué son las enfermedades carenciales?
Son las que se registran en los animales por falta de compuestos nutritivos como las vitaminas y los minerales.

Hay que recordar que las vitaminas son componentes de los alimentos que, en pequeñas cantidades, son importantes para el funcionamiento del organismo de los animales, para conservar y aumentar las defensas y hacerlos más resistentes a las enfermedades.


Cuando faltan algunas vitaminas, el animal desarrolla los llamados signos de deficiencia, que son específicos para cada vitamina en particular y se afectan los procesos productivos, reducen la fertilidad, hay abortos, retenciones de placenta, crías débiles, pérdida de peso y crecimiento retardado.


Estas deficiencias se pueden presentar, especialmente, por carencia de las vitaminas A y las que integran el complejo B. 
La principal fuente de vitamina A es el pasto verde y, por consiguiente, escasea cuando hay veranos prolongados; los animales presentan alteraciones en la visión, lagrimeo, descargas nasales, pérdida de defensas y de apetito, crecimiento retardado, debilidad general y las vacas pueden aparecer con muy baja fertilidad, tener crías débiles, abortos y casi siempre, retenciones de placenta.

En Colombia hay muchas zonas con suelos deficientes en minerales y los pastos con estas carencias no proporcionan las cantidades suficientes de las vitaminas que necesita el animal para su buen desarrollo.

Los minerales
Son compuestos inorgánicos necesarios para el desarrollo del orga­nismo, empezando por el esqueleto; igualmente, para producir carne, leche y crías en buen estado. Los principales minerales que necesita un animal son calcio, fósforo, sodio, potasio, cobre, hie­rro, zinc, azufre, cloro, yodo, cobalto y manganeso. En general, los suelos de nuestro país son deficientes en minerales y los pastos reflejan la composición mineral de los suelos.  

La deficiencia de calcio y fósforo afecta el desarrollo del esqueleto y da origen a deformaciones de los huesos; es lo que comúnmente llamamos raquitismo.


También por deficiencia de calcio en el organismo de los animales se registran la fiebre de leche (fiebre vitular) y las parálisis antes y después del parto.  


Los animales pueden suplir las deficiencias tanto de minerales como de vitaminas, suplementando la alimentación con sales mineralizadas, que permitan reemplazar las deficiencias del suelo, siempre recomendadas por un médico veterinario o un zootecnista. Cuando los ganaderos formulan por su cuenta, generalmente elevan los costos de producción y no resuelven los problemas.


Las enfermedades metabólicas
Son alteraciones de la salud animal que resultan del exceso, déficit, carencia o falta de balance nutricional. En los bovinos juegan un papel muy importante desde el punto de vista productivo, ya que se presentan generalmente en las etapas críticas productivas del animal, como son los días antes y las primeras semanas después del parto; esto repercute directamente en la lactación y en la siguiente gestación, produciendo pérdidas por disminución en la producción láctea y por problemas reproductivos, y ocurren generalmente en lugares donde el suelo no provee al pasto de nutrientes y minerales específicos. Entre estas enfermedades se destacan algunas como cetosis, hipocalcemia, hipomagnesemia y el síndrome de movilización grasa, que pueden aparecer por falta de equilibrio en las dietas o de suplementos nutricionales, sales minerales o complementos vitamínicos, sumado a que, además, los animales se sobre explotan, se les exige mucho desde el punto de vista productivo y a cambio no se alimentan como el organismo animal lo requiere.

La solución a este tipo de problemas se basa en la administración de una buena dieta y, sobre todo, de un aporte adecuado de minerales y de nutrientes, elementos indispensables en todos los procesos energéticos del animal, haciendo funcionar al hígado y participando en los procesos de fertilidad, crecimiento y producción de los animales.  


Cuando hay dificultades climáticas, disminuyen la disponibilidad de forrajes y de agua para la alimentación y mantenimiento de los animales, haciéndolos más susceptibles a cualquier tipo de enfermedades y de intoxicaciones.


Por lo tanto, en la finca se deben tomar medidas de manejo en el área de salud animal, orientadas a prevenir su presentación.  


Las intoxicaciones en bovinos son relativamente frecuentes y ocasionan pérdidas económicas bastante elevadas.


Éstas se manifiestan con mayor frecuencia si no hay adecuado control de potreros y praderas, ya que allí pueden estar presentes plantas tóxicas que pasan inadvertidas y si no son controladas a tiempo, pueden, además de producir muertes de animales, originar gas­tos por tratamientos y dañar el forraje de buena calidad.


Intoxicación por sal
Las intoxicaciones por sal se producen cuando hay hambre de sal y no se tienen las cantidades necesarias de agua disponible o cuando se ha restringido el acceso durante varios días.

Los síntomas que se presentan son sed intensa, salivación, diarreas, marcha vacilante, debilidad, espasmos musculares, postración y muerte.


Tenga en cuenta: Ejercicios de simple observación de lo existente en el predio, permiten al ganadero identificar y resolver situaciones que se presentan frecuentemente;  Que el ganadero debe tener un conocimiento básico de las enfermedades de notificación obligatoria, de las responsabilidades con respecto a la movilización de animales, ciclos de vacunación y de otras enfermedades, cuya prevención y control son responsabilidad de los propios ganaderos;· No todas las indicaciones de laboratorios que recomiendan medicamentos, se pueden aplicar sin conocer la real situación de las regiones o de los predios, entre otras.  


Credito
EL NUEVO DÍA

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