La palma real

Colombia es el segundo país más rico del mundo en palmas, después de ­Brasil. La contribución de las palmas a la esta­bilidad de los suelos y al reciclaje de nutrientes en los potreros contrarresta cualquier reducción en la producción de biomasa de los pastos.

Un gran amigo e investigador de la ganadería colombiana, Enrique Murgueitio R., en un interesante artículo de la colección de Carta Fedegán (No. 107), afirma que nuestras palmas nativas son una herramienta importante para promover la biodiversidad en los paisajes ganaderos, sin interferir de forma significativa con el desarrollo de los pastos, porque ofrecen hábitat y recursos para la fauna silvestre.

Comenta que la contribución de las palmas a la estabilidad de los suelos y al reciclaje de nutrientes en los potreros contrarresta con creces cualquier reducción en la producción de biomasa de los pastos debido a la sombra que generan.


La riqueza de especies
Colombia cuenta con 204 especies de palmas (Henderson et al. 1999).
La palma real, también conocida como palma de vino, palma de cuesco y palma corozo de puerco, se reconoce fácilmente por su gran tamaño. Alcanza alturas entre tres y 25 m y posee un tallo largo y recto de 25 - 50 cm de diámetro, muchas veces cubierto por las hojas marchitas. Tiene de 15 a 35 hojas curvas de 3.5 a nueve metros de longitud, con foliolos en un mismo plano.

Esta especie se propaga a partir de semillas cuya germinación tarda de cuatro a seis meses y, por lo general, crece por debajo de los 300 metros de altitud. Ocasionalmente se encuentra hasta los mil m.s.n.m. y se caracteriza por formar poblaciones abundantes en bosques secos y húmedos.


Usos
Casi todas las partes de la palma real tienen algún uso tradicional. Las hojas se emplean para techar las casas y elaborar artesanías y canastos. De cada palma se puede extraer simultáneamente hasta siete hojas sanas de seis metros de longitud.
Este tipo de aprovechamiento no hace que se ponga en riesgo la vida de las palmas.

El palmito, compuesto por las hojas en formación, es un alimento de sabor exquisito y buen valor nutricional, pero su extracción implica la muerte de la palma. El peso fresco del palmito varía entre cuatro kilos en palmas de 5-6 m y ocho kilos en palmas de 13-16 m (Chang & Ling, 1998).


El aceite
La palma real es considerada una especie promisoria por sus semillas oleaginosas. El aceite es de consistencia cremosa, suave al tacto y con un ligero olor a coco.

Sus propiedades son adecuadas para la elaboración de margarinas, jabones y cosméticos. No es extraño, entonces, que de estos frutos se obtuviera la famosa mantequilla de corozo de puerco que, hasta la generación anterior, era consumida con avidez por los habitantes del norte del Valle del Cauca.

    
Otros productos
Tras un estudio de la Universidad Eafit (Devia et al. 2002) se identificó tres productos de la palma real de importante potencial económico bajo un esquema de manejo sostenible de los palmares: carbón activado, aceite y torta.

El carbón activado obtenido a partir del tejido duro del fruto (endocarpio) podría llegar a ser empleado industrialmente en la potabilización del agua, la purificación de gases (eliminación de sustancias tóxicas en el aire) y en la elaboración de filtros naturales.


La torta de cuesco es un subproducto de la extracción del aceite. El estudio elaborado por la Eafit sugiere que la torta es adecuada para la suplementación del ganado de leche y carne (animales en crecimiento, reproductores y lactantes); tiene una alta concentración de proteína (12.7 por ciento de proteína bruta), 92 por ciento de materia seca, 2.6 por ciento de cenizas y gran valor energético.


Uso y manejo en fincas ganaderas
El principal uso actual de la palma real en la ganadería es como fuente de hojas para construcciones, sombrío del ganado y reducción del efecto desecante de los vientos sobre las pasturas durante las ­épocas secas.

El abanico de usos es, sin embargo, más amplio. Los frutos son ricos en azúcares fermentables, ácidos grasos (la mayoría saturados), vitamina A y proteína (endocarpio o nuez). Su uso es más frecuente en la alimentación de cerdos, por la habilidad que tienen éstos para consumir la pulpa dulce sin tragarse la semilla. Algo similar hacen los equinos y las aves de corral.


El ganado bovino y bufalino consume las frutas enteras, en especial durante la época seca. Los azúcares se fermentan rápidamente en el rumen, mientras que las grasas saturadas no se oxidan en una proporción importante y tampoco son absorbidas en el intestino delgado, por lo que se pierden en las excretas. Además, un consumo elevado de semillas pesadas y protegidas por la capa dura puede ocasionar obs­trucción del retículo, donde caen por su elevado peso.


Por todo lo anterior, el uso de los frutos como parte de una estrategia de alimentación para la época seca debe incluir un molido de los frutos y adición de cal (10 por ciento) para formar jabones cálcicos que, además de liberar la nuez rica en proteína y aceite, protegen a las grasas de la fermentación y ayudan a su absorción intestinal. Álvaro Ocam­po Durán, científico de la Universidad de los Llanos, ha practicado varios experimentos con este propósito en la Orinoquía.


En la finca El Guarumo, el médico veterinario zootecnista Miguel Ma­riano Gómez Galeano muele los frutos con cal y alimenta con éxito al ganado en la época seca. En San Antero, Edwin Cárdenas tiene una experiencia de 12 años en el uso de los frutos de la palma real para alimentar ganado.


En varias regiones, la palma real regenera con abundancia en los potreros y, por lo tanto, es una especie con un excelente potencial de manejo sostenible en sistemas ganaderos.

Credito
EL NUEVO DÍA

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