Obama, Romney y Colombia

AFP - EL NUEVO DÍA
Analistas coinciden en que en estos momentos la mejor carta se juega con el actual presidente de los estadounidenses.

A un par de días de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Colombia ha tenido que pensar seriamente en quién le convendría que ganara la contienda, ¿el actual presidente demócrata Barak Obama o el republicano Mitt Romney?

Lo cierto es que ambos reciben un país con serias dificultades económicas, una alta tasa de desempleo y la necesidad de medidas económicas radicales que, de una u otra forma, podrían afectar el alto flujo comercial e inversionista entre Colombia y Estados Unidos.

Sin embargo, un apunte generalizado entre los analistas del sector es que los temas gruesos en materia económica entre nuestro país y el norteamericano ya han sido cerrados, como lo es el TLC y en esa área no quedan muchos temas fundamentales en la agenda con EE.UU.

Igual, pero diferente 

Julián Cárdenas, de Investigaciones ING, es de la opinión de que los planes que tiene Obama para salvar a Estados Unidos son políticas que le convienen más a Colombia que las de Romney.

“Lo primero que hay que tener claro es que Estados Unidos está en un período de crisis. Frente a las soluciones, las posturas de Obama han sido de más creación de empleo a corto plazo, el mantener un presupuesto sostenible e imponer impuestos más a los ricos que a los pobres”, dijo.

Por su parte, agregó el experto, Romney está a favor de hacer una regulación más baja del mercado y habla de impuestos más competitivos, “que a la larga es aumentar los gravámenes a la clase media”.

“Si Estados Unidos se recupera, mejoran nuestras exportaciones, aumentan los inversionistas y nos va mejor. Por ello las políticas de allá son fundamentales para nosotros y creo que las más eficientes en este momento son las de Barak Obama”.

Aunque, según agregó Cárdenas, la tradición ha demostrado que los Republicanos siempre han sido gestores de favorables alianzas con Colombia y nuestro país no saldrá perjudicado gane quien gane.

De otro lado, el catedrático y analista económico Eduardo Sarmiento asegura también que lo mejor para el país sería Obama. “Es un candidato con un planeamiento económico más fundamentado en la apertura, en la generación de empleo y de planes sociales. Ese proyecto mejoraría la economía de su país, y por ende la relación comercial con Colombia”, dijo.

Daniel Gómez Gaviria, investigador de Fedesarrollo, asegura que las propuestas de Romney podrían generar crecimiento, pues al reducir la tasa marginal de 35 por ciento a 25 por ciento, es factible subir el recaudo, ya que aumentaría la inversión.

“Ambos dicen que van a bajar el déficit fiscal de Estados Unidos, pero eso se contradice con su plan de reducir impuestos, lo que automáticamente sube el déficit fiscal”, asegura la exdirectora de la DIAN, Fanny Kertzman, quien estima que con Obama el déficit seguiría creciendo, pues él cree en estimular la economía mediante el gasto público.

De otro lado Susan Purcell, del Centro de Políticas Hemisféricas, durante un foro sobre el tema realizado recientemente en Medellín, aseguró que las cosas no cambiarán quede quien quede elegido. “Tanto para Obama como para Romney hay un interés en incrementar el comercio internacional como parte de la recuperación. Y Colombia es en América Latina uno de los mercados más interesantes”.

Situaciones por candidato

Para los investigadores del Instituto de inversión de BlackRock, lo importante es que el que gane ayude a salir a flote a la economía de Estados Unidos, y de allí depende en gran parte la relación con Colombia.

“Ambas políticas económicas son interesantes. El escenario más probable – la victoria de Obama combinada con la casa de representantes en poder de los republicanos – podría resultar en un salto en paracaídas  por un precipicio.  Esto incluiría ese momento de pánico antes de que el paracaídas se abra y la posibilidad muy real de romperse una pierna en el aterrizaje”.

“Una victoria de Romney probablemente significaría una barrida republicana de la Cámara y el Senado (por debajo de 60 asientos). Los demócratas no tendrían incentivos para comprometerse en recortes de gasto o extender los beneficios fiscales en la sesión del Congreso.

 Después seguiría un salto en bungee: Una caída con un buen plan de difusión para rebotar inmediatamente. Los aumentos de impuestos se invertirían retroactivamente a mediados de enero”, agregaron.

Credito
COLPRENSA

Comentarios