El ébano del Caribe colombiano

Es un árbol en peligro de extinción que tiene sus bondades para usarlo a través de sistemas silvopastoriles en predios ganaderos.

Muchas veces se ha mencionado árboles en peligro de extinción que podrían tener una nueva oportunidad como elementos valiosos de los sistemas silvopastoriles en los predios ganaderos.

El ébano de la costa Atlántica es uno de esos casos, quizá más interesante que los demás, porque es una especie endémica o exclusiva de la región Caribe, con poblaciones conocidas en Guajira, Magdalena Córdoba, Cesar, Atlántico y Antioquia.


Es un árbol que, además de ser considerado por expertos ideal para los sistemas silvopastoriles, genera beneficios medioambientales, sirve de ramoneo a los bovinos, genera ingresos a los predios ganaderos y adicionalmente, con 500 árboles y cinco mil arbustos por ha, es elegible para Incentivo a la Capitalización Rural (ICR), otorgado por Finagro.


Su nombre científico es Caesalpinia ebano H. Karst y tiene nombres comunes como ébano en Atlántico, Cesar, Córdoba, Guajira y Magdalena; llamado también granadillo, morado o tanamé.


Proviene de varias especies del género Diospyros (familia Ebenaceae), tales como D. ebenum (ébano de Ceilán, nativo de India y Sri Lanka), D. crassiflora (ébano de Gabón, nativo de África occidental) y D. celebica, de Indonesia.


Fue declarado como especie en peligro en la categoría EN A2cd y Corpourabá -mediante la resolución 076395 del 4 de agosto de 1995- prohibió su aprovechamiento e impuso la veda sobre cualquier explotación en su jurisdicción.


Su distribución geográfica restringida, unida a la sobrexplotación de la madera y, sobre todo, a la deforestación de la región Caribe, contribuyeron a la vulnerabilidad de este árbol.


Crece desde el nivel del mar hasta los mil metros de elevación. Sin embargo, los sembrados a altitudes mayores en Valle del Cauca y Quindío son bellos y vigorosos. Se adapta a elevaciones hasta de mil 500 m.s.n.m. y a climas húmedos con precipitación hasta de dos mil mm anuales.


Es un árbol mediano que pocas veces supera los 18 metros de altura y los 30 cm de diámetro. La corteza, de color café claro cuando el árbol está joven, se torna casi blanca. Sus ramas se abren en una copa aparasolada y, a la vez, abierta, que deja pasar la luz.


Pero, paradójicamente, es un árbol diseñado para un sistema silvopastoril ya que fija nitrógeno como otras especies del género Caesalpinia; crece a pleno sol; su copa reducida proyecta una sombra difusa que permite el buen crecimiento de las gramíneas, y las hojas secas se desprenden en folíolos pequeños y delgados que se descomponen rápidamente sobre el suelo. Adicionalmente, su cultivo en hileras, bien sea solo o asociado con palmas y otros árboles, es una inversión de mediano plazo para el productor, representada en una madera de valor excepcional.


La madera dura, preciosa y de color casi negro se utiliza para elaborar artesanías, enchapados e incrustaciones. Cabe destacar que durante los dos siglos pasados, Riohacha fue un importante centro de exportación de esta madera, que también ha sido usada en proyectos de restauración arquitectónica en Cartagena.


Ejemplos de conservación
Según Zoraida Calle D. y Enrique Murgueitio R., coordinadora de Restauración Ecológica y director ejecutivo de Cipav, respectivamente, en artículo publicado en la revista Carta Fedegán 131, el Jardín Botánico Guillermo Piñeres de Cartagena conserva algunos individuos de esta especie, al igual que la Reserva Natural El Hatico, en El Cerrito, Valle del Cauca. La finca El Bambusal en Montenegro (Quindío) tiene un bello ejemplar procedente de una semilla del valle del río Sinú (Córdoba). En Medellín se usa cada vez más en la arborización urbana.

Su uso se remonta al antiguo Egipto, donde las piezas talladas de esta madera se usaron para decorar las tumbas. Su dureza era ideal para la elaboración de molduras con diseños refinados en bajo relieve.


En el concepto de Cipav, la amenaza del ébano del Caribe colombiano, los atributos de su madera y las posibilidades de asociarlo con pastos y arbustos forrajeros, además, de ser resistente al ataque de insectos y hongos, permiten pensar en una estrategia de conservación y uso sostenible liderada por los ganaderos.


En dos países latinoamericanos existen iniciativas de conservación equivalentes.


1. El árbol de Brasil
El árbol de Brasil ibirapitanga o árbol de Pernambuco Caesalpinia echinata Lamarck, tiene un porte mediano (15 a 30 m de altura y 15 a 100 cm de diámetro). Al igual que el ébano del Caribe, su fuste es corto y tortuoso, con grandes descamaciones. Las hojas, flores y legumbres de ambas especies son similares. Es polinizado por abejas e insectos pequeños.

Salvar el árbol de Brasil fue una opción de economía verde basada en una fuerte tradición cultural. Por eso se investigan varios aspectos de este pariente del ébano colombiano.


Existen plantaciones experimentales hasta de 30 años con distancias que varían entre 2 x 2 m y 4 x 4 m. Aunque no se registran modelos agroforestales, existen mercados para una madera que a pesar de no ser recta, tiene un elevado precio internacional.


2. El palo de fierro o árbol milenario Olneya tesota  A. Gray
Es un árbol endémico del desierto de Sonora en el noroeste de México, donde hay individuos con una edad de 800 años. Aunque solo llega a medir ocho metros, se comporta como una planta nodriza, es decir que bajo su copa alberga a otras plantas.

Algunos investigadores han registrado que unas 77 especies de arbustos y cactáceas dependen del palo fierro, razón por la que cumple un papel clave en su ecosistema. Por el elevado precio del árbol de fierro se estimula la repoblación por diferentes métodos y motiva a los ganaderos a proteger los árboles jóvenes.

Parientes del ébano
El género Caesalpinia, tiene muchas especies en los ecosistemas tropicales por lo cual son mencionados algunos ejemplos de interés:

* Ébano mexicano
El ajete o guaypinole Ebenopsis ebano (Berl.)Britton & Rose, es un hermoso árbol endémico de México que se encuentra en los estados de Tamaulipas, Coahuila, Veracruz, San Luis Potosí y en la península de Yucatán. Su madera es muy apreciada por su dureza.

Es protegido en fincas ganaderas como el rancho Las Vegas de Roberto Ramírez Villareal, productor del sistema doble propósito de la Sierra de Maratines en Tamaulipas. Este rancho pertenece a la Red Silvopastoril Intensiva de México y ha establecido 100 ha de sistemas ­intensivos que respetan los árboles de ébano.


* Dividivi Caesalpinia coriaria (Jacq.) Willd
Árbol de porte mediano que fue común en el Caribe seco en La Guajira, Magdalena y Cesar. Se encuentra también en la Orinoquía. De su corteza son extraidos taninos naturales, razón por la que se exportó durante muchos años hasta agotar las poblaciones naturales de los bosques secos. Se puede asociar con pastos y arbustos forrajeros y tolera largos períodos de sequía.

* Granadillo Caesalpinia granadillo Pittier
Es un árbol de madera excepcionalmente hermosa, con vetas rojas y negras. Las investigaciones del Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe de Medellín, permitirán desarrollar plantaciones y sistemas silvopastoriles para garantizar una oferta futura de esta madera en los predios ganaderos.

Credito
EL NUEVO DÍA

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