Con las puertas abiertas

La eliminación de la visa Schengen para los colombianos es un logro de la Cancillería que estimula el turismo, conecta las familias de inmigrantes y eleva la dignidad nacional.

El 10 de agosto de 2013 el presidente Juan Manuel Santos recibió una llamada telefónica en la mitad de una jornada de los ‘Acuerdos de la Prosperidad’ en Cartagena. Al regresar de la corta interrupción el primer mandatario les informó a los asistentes que quien le había llamado era el presidente de España, Mariano Rajoy, para informarle que pediría a la Comisión Europea eliminar la visa para los colombianos. Santos lo calificó como un “magnífico regalo de cumpleaños” y de ahí empezó un burocrático proceso que la semana pasada dio el paso final.

En el marco de la segunda Cumbre de América Latina y la Unión Europea en Bruselas, Colombia suscribió con el bloque de países del Viejo Continente un acuerdo para la exención del visado para sus connacionales. Esto implica que los turistas colombianos que quieran visitar las 26 naciones que conforman el territorio Schengen por un período de 90 días ya no necesitarán pedir una visa. Los países Schengen son prácticamente todos los miembros de la Unión Europea –menos el Reino Unido y Croacia– más Suiza.

Si bien no hay una fecha exacta para que la medida entre en vigencia, la decisión política –que cobijó paralelamente a los peruanos– está tomada. Por más de año y medio la propuesta del presidente español Rajoy superó las votaciones de distintas instancias de la burocracia multilateral europea: el Parlamento Europeo, el Consejo de Ministros y ahora la firma del acuerdo. Ahora restan trámites formales: que el acuerdo se traduzca a los 24 idiomas oficiales de la Unión Europea y los Parlamentos de cada país lo aprueben. El propio presidente Santos calcula entre cuatro y seis meses para que la suspensión de la visa sea efectiva.

Para la diplomacia colombiana, liderada por la canciller María Ángela Holguín, la caída del requisito Schengen en un éxito indiscutible. El gobierno Santos ha incluido la ampliación de los países que no exigen visas a los colombianos como uno de los 100 logros más destacados de su gestión. A las 34 naciones y el territorio de Hong Kong con las que terminó el año pasado se sumó la semana pasada, la asiática Tailandia. A partir de diciembre, ese número se elevará a 61 cuando los 26 miembros del espacio Schengen remuevan esa barrera.

En años recientes, las fronteras de más y más territorios se abren para que los colombianos las visiten en cortas estadías. Los tradicionales países latinoamericanos ya no son los únicos que suavizan requisitos: la Federación Rusa, Turquía, Israel, Singapur, Maldivas, Filipinas y Georgia se cuentan dentro de los más exóticos destinos. No obstante, un vistazo al mapamundi ratifica que el acceso de los colombianos a grandes regiones del globo sigue dependiendo de visados. Todo el continente africano y la gran mayoría del asiático mantienen requisitos de ingreso así como Australia, Nueva Zelanda y buena parte de Oceanía. Estados Unidos y Canadá, dentro de los destinos más apetecidos por los colombianos para turismo y para emigrar, así como naciones centroamericanas cercanas como Costa Rica y Nicaragua, siguen exigiendo visa para viajar.

La eliminación de la visa para la Unión Europea no es solo una cuestión de dignidad, como lo afirmó el presidente Santos, sino también de beneficios tangibles para miles de colombianos. De acuerdo con datos del Ministerio de Relaciones Exteriores aproximadamente unos 4.7 millones de compatriotas residen en el extranjero de manera legal o ilegal.

De ellos se calcula que entre el 20 y el 23 por ciento están en España, parte del territorio Schengen. Las cifras oficiales del Ministerio de Empleo y Seguridad Social del país ibérico reportaban en 2012 unos 221 mil 797 colombianos registrados mientras que otras fuentes estiman entre 400 mil y medio millón de compatriotas.

El perfil migratorio de Colombia, publicado por la Organización Internacional de Migraciones (OIM) en 2013, registraba a cuatro países de la Unión Europea dentro de los principales destinos de los emigrantes colombianos. El más destacado es España, tercera nación con más inmigrantes connacionales después de Estados Unidos y Venezuela. La suspensión del visado para entrar a Europa favorecerá principalmente a los compatriotas que actualmente habitan en la península ibérica y sus familias a ambos lados del océano Atlántico.

Los lazos económicos entre Colombia y los países europeos –que se fortalecieron recientemente con un Tratado de Libre Comercio– fueron así mismo razón poderosa para el levantamiento de la Schengen. El año pasado el bloque de la Unión Europea fue el segundo socio comercial del país después de Estados Unidos con el 17 por ciento de las exportaciones. Las ventas colombianas al Viejo Continente alcanzan los 9.400 millones de dólares. Sin la visa empresarios y emprendedores nacionales podrán explorar con más tranquilidad, menos costos y menos barreras oportunidades en las 26 economías del espacio Schengen.

Pero no todo es color de rosa. Como lo afirmó Federica Mogherini, vicepresidenta de la Comisión Europea, la suscripción de este acuerdo es tanto muestra del buen estado de las relaciones entre Colombia y la UE como un gesto de confianza. Confianza resquebrajada en el pasado por la permanente presencia de colombianos capturados en actividades criminales dentro de territorios europeos. Datos de la Cancillería colombianos calculan en unos 14 mil los colombianos presos en cárceles extranjeras tanto condenados como detenidos en su gran mayoría por delitos relacionados con el narcotráfico.

La importante presencia de compatriotas dentro de la comunidad de inmigrantes también se ha reflejado en quienes enfrentan líos judiciales. Si bien Estados Unidos concentra buena parte de los colombianos presos en el exterior, la cifra en países europeos se acerca a los 3.000. España, con casi 2.500, seguido por Italia, cuenta de lejos con el mayor número de connacionales detenidos por narcotráfico, robo, actividades sicariales y hasta violencia intrafamiliar. Esta es una realidad que, aunque cubre a una minoría pequeña, es clave seguir monitoreando ya que podría constituirse en un boomerang contra una mayor apertura de la Unión Europea.

Lo cierto es que el anuncio del presidente Santos de la posibilidad de acabar la visa Schengen fue recibida inicialmente con escepticismo. Al fin de cuentas, Colombia lleva décadas siendo asociada con las redes del narcotráfico y eso terminó por cerrar las puertas de la mayoría de naciones del mundo. No obstante, esa realidad ha empezado a transformarse. Y, de un plumazo, 26 naciones levantan esas barreras al pasaporte colombiano cuando hasta la semana pasada el número de esos países llegaba a 35. Las palabras de Mariano Rajoy, al inicio de todo este proceso, adquieren mayor sentido: “Muy pronto los colombianos no necesitarán visado… Se lo merecen, es una cuestión de justicia”.

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