“Ahora que la cosa se puso difícil, la responsabilidad es de los alcaldes”

Crédito: Colprensa - EL NUEVO DÍAClaudia López, alcaldesa de Bogotá.
Claudia López habla de cómo ha sido el manejo de la pandemia en la capital, cuestiona al gobierno por dejar sin recursos a los alcaldes, destaca lo hecho en otras ciudades como Medellín y critica los enfrentamientos de Álvaro Uribe y Gustavo Petro.
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¿Estamos en el momento más complejo de la pandemia?

En parte sí, si esto fuera un partido de fútbol vamos como en los primeros 15 minutos. Esto es largo, esto es de por lo menos un año y sólo han pasado tres meses. ¿Por qué estamos en el momento más crítico? Aunque en Bogotá casi todos los indicadores de la pandemia son positivos, nosotros empezamos siendo el 50% de los casos del país, hoy somos el 30%, empezamos teniendo una velocidad de contagio de 2.7, cada persona que adquiría el coronavirus contagiaba a otros tres, hoy en día es 1.2. Hacíamos 200 pruebas al día, hoy estamos en 4.000, entre más hacemos más encontramos. La tasa de mortalidad al inicio era del 7% y hoy es del 2.4%.

Es el momento más difícil porque en marzo cuando hicimos la cuarentena había cinco millones de personas en la casa y uno y medio saliendo, pero hoy es al contrario, están saliendo cinco millones de personas a la calle y sólo hay uno y medio o dos millones en la casa, manejar la pandemia con tanto nivel de interacción es mucho más difícil, por eso este es el momento de más riesgo. También es el momento más riesgoso porque tenemos las UCI ahí, si no están colapsadas, están en el 50 a 60 por ciento de ocupación, por lo que no han llegado los ventiladores del gobierno nacional. Éste es el momento en que todas las medidas de control son más importantes que nunca. El tapabocas, el distanciamiento, que no todos entren a trabajar al mismo tiempo, el pico y cédula para no encontrarnos en el supermercado, esas cinco medidas son fundamentales.

 

¿Cuándo vamos a ver que sí se está frenando el nivel de contagio?

La pandemia bajó a una velocidad controlada y la mayoría de la gente trabajando, que alivia el bolsillo, pero lo vamos a saber en unas tres semanas, nada de lo que yo haga hoy lo vemos mañana, se nota a las tres semanas. Estamos en ese momento.

 

¿La reactivación económica será el impulso del contagio, cómo va eso?

Parte de la discusión que yo he dado, y con humildad lo digo, es que los hechos nos han dado la razón. Había que entrar en cuarentena cuando entramos en ella, era temprano, era en marzo, los que no lo hicieron hoy están enterrando muertos en parques, Brasil, Estados Unidos, México, que dijeron que no, que era carreta hoy están en la mala. Pero no era sólo entrar en cuarentena sino saber salir de la cuarentena, mi controversia todo el tiempo fue que de esto hay salir lentos pero seguros, si salimos muy rápido con mucha gente al tiempo perdemos el control de la velocidad de la pandemia.

El presidente ordenó reactivación económica y dije vamos a ir por sectores, primero la construcción dos semanas, las dos primeras de mayo; luego la manufactura, las otras dos de mayo; luego el comercio mayorista la primera de junio, esta semana el comercio minorista y todo le hemos hecho un piloto, a todos lo hemos hecho un piloto, pero hágalos cumplir. Esa secuencialidad ha logrado que pese al brote de Kennedy no hubiéramos perdido el control de la pandemia.

 

¿Pero cómo impactará la vuelta de la gente a los comercios?

Eso es lo que vamos a ver en tres semanas, apenas esta semana está pasando, en este momento todo está abierto, vamos a ver si entre el pico y cédula, el tapabocas y el distanciamiento, podemos decir si funcionó o no. Hoy no lo puedo decir.

 

¿Cómo vamos en las UCI, vamos a llegar a 5.000 como se habló en algún momento?

Será imposible llegar a ese número, nosotros hicimos un estimativo al principio cuando hicimos Corferias y dijimos que en el peor escenario podría llegar a necesitar 5.000 camas hospitalarias en Corferias y hasta 4.000 UCIS. Si ese el peor escenario tocaba era evitarlo, la cuarentena y la salida gradual fueron tan exitosas que hoy la ciudad ha usado para la pandemia 800 camas hospitalarias y 484 UCIS, como en cualquier crisis uno tiene que estar preparado para lo peor confiando en que no va a pasar.

En el caso de las UCIS con un esfuerzo monumental vamos a llegar a 2.000, porque la competencia internacional por los ventiladores es brutal, todo el mundo lo necesita, lo producen tres zonas del mundo, Europa y Estados Unidos cerraron la exportación de los ventiladores desde febrero y sólo están vendiendo China y Japón. El gobierno lleva tres meses esperando que le manden sus 2.900 ventiladores y han llegado muy poquitos. Conclusión, los ventiladores van a empezar a llegar cada dos o tres semanas de a puchitos, el 25 de junio tenemos 145. Por eso el índice de UCIS ahora está alto, nos toca tener nervios de acero porque cuando esté llegando al 70% llegan los ventiladores y vuelve y baja.

 

¿A hoy cuál ha sido la ayuda que le ha dado el gobierno nacional a Bogotá?

Hay dos maneras de verlo. Qué le ha dado a la Alcaldía, el balance es una pérdida absoluta. El gobierno nacional se cogió 537 mil millones de pesos de Bogotá, se los cogió por derecha cuando constituyó el Fome con los ahorros de las entidades territoriales, entonces se llevó 537 mil millones y hoy me ha devuelto 15 mil guantes y 15 mil tapabocas, la promesa de 1.000 ventiladores pero no ha llegado ninguno y tres mil millones de pesos, entonces son los guantes y tapabocas más caros de la historia. Desde ese punto de vista es una pérdida para la ciudad.

Qué cuentas hace el gobierno y en parte tiene razón, dice: ‘si yo me cogí su plata pero le he devuelto 228 mil millones en apoyos a las Familias en Acción, a los jóvenes en Acción que ha dado dos giros, a unas 250 mil familias que están en Ingreso Solidario y son de Bogotá, y a unas mipymes que han aplicado al auxilio de nómina, si se suma eso es 228 mil millones’. Esa es la respuesta que me dan, y aunque en parte tienen razón, yo hubiera podido hacer eso o más, sigo estando en déficit. Es más lo que perdí que lo que gané.

 

¿Cree que el gobierno está dejando el pico del contagio en las manos de los alcaldes?

Totalmente, mientras estuvo el pedazo fácil que era que la gente estuvo en casa y era más fácil cuidarla entonces ellos sí eran los del manejo centralizado, no se podía mover una hoja sin que el presidente dijera, ahora que la cosa se puso difícil, la responsabilidad es de los alcaldes cuando ellos se llevaron la plata de los alcaldes. Esas son las cuentas de Bogotá, pero a todos le tienen que haber quitado. El gobierno centralizó la plata y descentralizó la responsabilidad. Ese ha sido el manejo del gobierno.

 

¿Qué ha recogido del manejo de otras ciudades, como por ejemplo Medellín?

Lo han hecho muy bien, me alegra mucho por ejemplo Medellín y Bucaramanga, les ha ido bien. Primero son una quinta parte de Bogotá, pero les ha ido bien porque han tenido poquitos casos, hicieron un cerco epidemiológico y controlar la expansión de la pandemia, en eso les fue muy bien. Medellín en particular ha logrado usar las herramientas tecnológicas y de información que les ha ayudado mucho, nosotros eso lo hicimos tarde y terminamos fue en un debate por la aplicación. Cuidar a Bogotá es como cuidar al tiempo a Medellín, Bucaramanga, Cali, Barranquilla, Cartagena y Cúcuta, más un millón de personas mínimo que entran a diarios de los municipios vecinos.

 

¿Qué va a pasar con el aeropuerto El Dorado?

Primero yo no lo abro, depende del gobierno nacional, lo que yo hago es dar nuestra opinión. Aquí nos toca un riesgo casi por mes. El riesgo grande de mayo era abrir la manufactura y la construcción, el riesgo de junio es que todo el comercio está funcionando. Si nos va bien, a finales de julio podemos hacer el piloto de apertura del aeropuerto, sin embargo el gobierno ha dicho y es sensato, que un full funcionamiento del aeropuerto se espera hasta agosto o septiembre.

 

¿De dónde recibe pacientes Bogotá?

Bogotá recibe pacientes de la mitad del país prácticamente. Cuando se puso la cosa difícil en Amazonas a dónde enviaron los pacientes, a acá. En Bogotá hay siempre pacientes de la Amazonía y Orinoquía, de Boyacá, Cundinamarca, Meta, Tolima y Huila, medio país.

 

¿Cómo va el control de los migrantes venezolanos?

Difícil, mire cómo es la vida, estamos nosotros ahora dedicados es a convencerlos de que no se vayan, es al contrario, es un gran riesgo para ellos. Veo al pobre alcalde de Cúcuta, a los alcaldes de la frontera con Arauca que me llaman desesperados a decirme que no hay paso en la frontera y me piden que no los mandemos. Los entiendo, no los podemos dejar salir, si no hay paso seguro en la frontera para que los dejamos ir, es un riesgo, una travesía pasando por varios municipios.

 

En marzo le cayó medio país político a usted por decir que la cuarentena iba hasta junio por lo menos. ¿Cree que el tiempo le dio razón?

Sí lo creo. El tiempo y los hechos me dieron la razón. No era caprichoso. Desde el día uno pedí que los mejores epidemiólogos me explicaran de qué trataba ésto, y de ahí decidí decretar la alerta amarilla, fuimos la primera ciudad en hacerlo, tocaba cerrar los colegios. El gobierno nacional primero me dijo que no decretaba la alerta amarilla, luego que no había que cerrar los colegios, luego que había que hacer cuarentena, fue toda una lucha para poderlos llevar a que aceptaran eso. Luego abra, abra, que importan más la economía. Se que vamos a tener una crisis económica pero toca con toda prudencia porque si no esto se nos dispara muy bravo.

 

El Presidente dice que no debe haber acá temas de egos de los mandatarios regionales en el manejo de la pandemia. ¿Es un problema de egos de ustedes los mandatarios regionales?

No creo, francamente los alcaldes y gobernadores estamos es angustiados por nuestra gente. Nos dejaron la responsabilidad y nos quitaron la plata, que felicidad manejando una pandemia, entonces tenemos que responder por el desempleo, la pobreza, por la pandemia con menos plata y ahora además nos acusan de ego, no fregues, no la verdad lo que he visto es alcaldes y gobernadores muy dedicados a las gente.

 

¿Cómo ha sido la relación suya con el presidente Duque durante la pandemia?

Ha sido buena, sigo convencida en lo que dije en el Congreso en la citación que el presidente tiene mi apoyo, lo que no tiene es mi hipocresía ni mi pleitesía. Colombia tiene un centralismo asfixiante que ni hace no deja hacer, te quita la plata y te bota la responsabilidad. Centralizan todo y esperan que uno vaya con rodilleras a hacerle pleitesía para ver si le dan medio ventilador, así no es la idea conmigo.

 

¿Le han dado muy duro los opositores?

Yo tengo cuero en la vida, esta labor es así, uno siempre saldrá a deber y si es mujer más, pero es que yo recibo críticas de los dos extremos a los que derroté, del uribismo y del petrismo, son dos extremos a los que les ganamos y les irrita mucho que una mujer hija de una maestra les haya ganado a semejantes monstruos de máquinas y de políticos, pero por algo les ganamos, la gente está cansada de esa pelotera, de esa inquina, de esa mezquindad, de que uno le diga narco, el otro le diga matarife, eso me aterra, en este momento Bogotá y Colombia está como si fuéramos una casa de cinco cuartos. En uno está el abuelo de la familia al borde de morirse en una UCI, en otro cuarto está la tía que tiene 50 años y está hospitalizada, en el resto de la casa podrían enfermarse en cualquier momento, y los que están debatiendo en la sala se están dando golpes con las sillas.

 

Credito
COLPRENSA

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