“Debemos entender que los desmovilizados son seres humanos”

Colprensa - EL NUEVO DÍA
Entrevista con Joshua Mitrotti, quien acaba de asumir la dirección de la Agencia Colombiana para la Reintegración, en reemplazo de Alejandro Éder.

Convencido de que la Agencia Colombia para la Reintegración puede asumir el reto de reintegrar a los guerrilleros de las Farc que dejen las armas tras un eventual acuerdo de paz, se declaró Joshua Mitrotti, quien acaba de asumir la dirección de la ACR, en reemplazo de Alejandro Éder.

A pesar de que el nombre de Joshua Shuajo Mitrotti Ventura no es conocido por muchos, a dicho cargo no llegó en paracaídas. El conflicto y la atención de víctimas han sido los temas de su carrera profesional, incluso en la misma ACR por poco más de cuatro años, como director de reintegración (2011-2012), gerente general (2010-2011), gerente de reintegración comunitaria (2008 -2009), y coordinador de la unidad de cooperación y relaciones externas (2008).

Esas condiciones le ganaron al nuevo directivo el respaldo del general (r) Óscar Naranjo, quien será el encargado de liderar el Ministerio del Postconflicto, a donde quedará adscrita la ACR.

- ¿Cómo recibió la ACR, tras la salida de Alejandro Éder?

Me retiré de la ACR hace dos años (17 de octubre de 2012), hoy veo una política consolidada, que tiene un mayor enfoque territorial, es una institución más madura.

- ¿Cómo analiza lo que han hecho sus antecesores?

Juan David Ángel, en el ministerio del Interior, dejó pilares de lo que somos hoy; Frank Pearl (2006 – 2007) como Alto Comisionado para la Reintegración profundizó en esos pilares, innovó y tuvo mayores componentes; y Alejandro Eder hizo una tarea magnífica. En el periodo de Éder se pasó de alta consejería, a la agencia colombiana, se reestructuró la ruta, se definieron parámetros mucho más claros para el desmovilizado, como los compromisos que deben asumir.

- ¿Qué retos tiene definidos?

Es necesario consolidar los aprendizajes y adaptarlos a las necesidades actuales, a las necesidades de los nuevos actores que se van a desmovilizar. Aunque lo principal es lograr que los ciudadanos entendamos que los desmovilizados también son seres humamos y que sus vidas se vieron marcadas por el conflicto, por circunstancias que muchos ni siquiera imaginamos. No justifico la participación de personas en la guerra, y menos de menores de edad; pero las causas sí deben ser tenidas como elemento.

- ¿Cómo ve la sociedad frente a los desmovilizados?

La sociedad aún no está preparada para asumir el reto de socializar con los desmovilizados. Como país tenemos que pasar ese temor y asumir la responsabilidad, ellos también asumen una responsabilidad con el país y con el Estado. No obstante, es claro que la sociedad se ha transformado. Hoy es mucho más fácil trabajar con el sector privado, que ha sido muy generoso con esta política y con este programa, pero debería ser mucho más masivo, más territorial, más cercano a la gente.

- ¿Hay seguridad jurídica?

Ese es otro de los temas que está en mis prioridades. Infortunadamente en Colombia tenemos un marco jurídico demasiado amplio y complejo, una norma puede contradecir otra y eso genera inseguridad en los desmovilizados.

- Se critica el que a veces parece que el proceso de reintegración se maneja sólo desde Bogotá, ¿es cierto?

Debemos profundizar más la regionalización. La desmovilización de las AUC se dio en la Costa Caribe. Una eventual desmovilización de las Farc se daría en otras zonas y eso implica que la ACR se tenga que mover a unas regiones del país y desaparecer de otras.

- ¿Pero sí ha habido centralización del proceso?

Lo que pasa es que está muy en cabeza de las grandes empresas, pero creo que las pequeñas y las medianas tienen que jugársela también, lo mismo las empresas en los territorios. La apuesta siempre ha estado en el sector privado, ahora debemos ver cómo hace cada ciudadano para favorecer la reconciliación nacional.

- Mucho se habla de la corresponsabilidad…

Hay que hacer énfasis en que este tema no es solo de la empresa privada; debe llegar a los ciudadanos y ellos deben ser activos en esto. La construcción de la paz debe pasar por los ciudadanos. Si la responsabilidad se le deja sólo al Gobierno, creo que vamos a fracasar; pero si es asumida como una vocación y una apuesta de sociedad, se va a lograr trascender de un periodo de conflicto a uno de paz.

- ¿Tiene algún mapa acerca de cómo se va a llegar a las regiones?

Esto ya ha venido dándose. Hemos implementado centros de servicio en Putumayo, Caquetá, Cauca y otros departamentos. Allí la población desmovilizada puede llegar.

- ¿Hasta cuándo puede existir la ACR?

La ACR es una entidad que no va a estar siempre. Es una entidad que, ojalá cuando se acuerde la paz con todos los actores, deberá desaparecer; quizás, una década después, por haber cumplido su tarea.

- ¿Cuáles son los retos tras un proceso de desmovilización?

Habrá desafíos muy grandes, como la criminalidad. Si no se hace en conjunto con toda la sociedad, cometeremos un gran error.

- Hay temor en los desmovilizados…

Tienen muchos riesgos, llegan a contextos complejos de vulnerabilidad. No llegan a barrios ricos, sino a los marginales, donde hay problemas de informalidad e ilegalidad.

- ¿Cómo vencer los temores que se crean a partir de los argumentos de sectores que se oponen al diálogo de paz?

El reto es mirar cómo comunicamos. Es preciso decir que esta es una oportunidad única para el país, que la ACR hace un trabajo serio. Nuestro ejercicio es explicarles a los ciudadanos lo que hacemos y hacerles entender cómo las empresas y las personas se pueden vincular a esta política.

- ¿Están preparada la ACR para la desmovilización de las Farc?

En la ACR estamos preparados para lo que se venga. Estamos en capacidad de atender a una o a diez mil personas que se desmovilicen y quieran entrar en un proceso.

- ¿Cuántos desmovilizados esperan de las Farc?

No estoy autorizado para responder eso. Hay un equipo negociador que tiene esa información, pero hay marcos de confidencialidad.

- ¿Habrá un tratamiento diferente para los desmovilizados de las Farc, luego de lo que ha sucedido con quienes salieron de las AUC?

Siempre creo que hay la posibilidad de mejorar. Creo que va a haber necesidades distintas frente a los actores.

Más cifras

- ¿Cuántas personas se han desmovilizado y cuántas han terminado el proceso de reintegración?

A la ACR han ingresado 47 mil personas desde 2007. De estas tenemos, más o menos, a 13 mil personas trabajando y han culminado su proceso 7.600; esperamos que el próximo año lo terminen mil más.

- Hay personas que han decidido no entrar en el proceso, ¿qué ha pasado con ellas?

Hay 10 mil personas que nunca entraron al programa de reintegración, pero aclaro que eso ha pasado, no necesariamente por que estén delinquiendo, pues hay muchas personas que se fueron a un barrio, montaron un negocio, se emplearon y está haciendo sus procesos solos.

Desde el 2006 y 2007 hemos hecho búsquedas de personas desmovilizadas para traerlas al proceso y acompañarlas. De esos casos, en 2013 logramos que 100 personas culminaran sus programas de reintegración.

- ¿Qué porcentaje de reinsertados vuelve a delinquir, frente a los que tienen éxito?

La tasa de éxito en reintegración es muy alta, se ubica en el 70 por ciento. Muchas personas vienen con condiciones psicológicas difíciles, otras no quieren recomponer el camino, y no podemos obligarlas.

- ¿Cuánto cuesta un interno en una cárcel en comparación con un desmovilizado en la ACR?

Un interno en una cárcel vale poco más del doble de lo que vale apoyar a una personas en la ACR.

- Alejandro Éder estuvo en La Habana, ¿usted también hará parte de la mesa de negociación?

Él sigue vinculado a la mesa. Con él estamos más que bien representados. Si el presidente considera que debo estar allí, estaré presto a hacer lo que él y el equipo de negociadores consideren.

- ¿Es optimista sobre un acuerdo con las Farc?

Estoy confiado de que en la mesa de negociación está la mejor gente y en que podemos llevar esto a buen puerto.

- ¿Qué les dice a los contradictores del proceso?

Los invito a conocer lo que hacemos acá; me gustaría decir que en la sociedad debemos tender puentes.

- ¿Cómo se imagina a Colombia sin grupos armados?

Con muchos desafíos, invirtiendo mucha plata en capital humano, en educación, en infraestructura, para que seamos más competitivos.

Credito
COLPRENSA

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