Logística y seguridad, temas que preocupan en la implementación de los acuerdos

COLPRENSA – EL NUEVO DÍA
A escasos días de cumplirse el primer mes desde la firma de la paz con las Farc es posible entender por qué desde distintos sectores se ha manifestado que si llegar a un acuerdo definitivo con la guerrilla fue una tarea ardua; lo realmente difícil se vivirá a la hora de materializarlos y poner a andar los propósitos fijados para los primeros 180 días.

“La experiencia internacional demuestra que los primeros días de la desmovilización son los más críticos para asegurar que los combatientes no abandonen el proceso de paz y para prevenir un aumento de la violencia”, dijo la ONU en referencia a la preocupación que le asiste por la posibilidad de que no se prioricen los aspectos prácticos de la desmovilización y el desarme de los integrantes de las Farc que figuran en el acuerdo.

Hoy es posible apreciar al menos tres flancos que parecieran estar descuidados, o por lo menos en los que se refleja lo que algunos especialistas denominan como la ineficacia del Estado, y otros califican como la ya consabida improvisación de los gobernantes. Se trata de la seguridad, la logística y la política.

Las cifras hablan por sí solas, al punto de compararlas con el exterminio de la Unión Patriótica. Según datos de organizaciones como la Marcha Patriótica, y otros movimientos sociales, las muertes violentas de sus líderes superan los dos centenares de víctimas entre todos los sectores.

“Fueron cinco hace una semana y dos la semana que termina”, dijo Aida Abella, líder de la UP, en referencia a dichas muertes. Martha Díaz, líder de víctimas en el Atlántico, madre de un joven víctima de ‘falsos positivos’, sobrevivió a un ataque sicarial… Marcelina Canacué, murió tras ser impactada a tiros, dijo Abella al recordar tan solo dos hechos.

Desde 2011, hace en apenas cinco años, se cuentan 125 integrantes de Marcha Patriótica asesinados. Según Indepaz, 76 de estos casos se presentaron este año, entre los que se destacan líderes comunales, campesinos, indígenas, estudiantes, reclamantes de tierras y víctimas. En este caso la oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia documentó 61 asesinatos en 2016, de defensores de derechos humanos y líderes sociales en áreas rurales, 21 de los cuales ocurrieron después de la firma del primer acuerdo de paz, el 26 de septiembre.

Pero esa no es la única piedra en el zapato. A los temas de seguridad se suman los recurrentes llamados de la guerrilla para que se adecuen con prontitud los lugares a los que se movilizarán los guerrilleros, y de los que se dicen, no cuenta con servicios, ni con albergues. En el marco de esas denuncias por deficiencias se dio a conocer el lunes pasado la muerte de Ramón Antonio Ramírez Moreno, alias ‘Elkin Palacios’, un integrante del Frente 57 de las Farc, en uno de los campamentos de preagrupamiento. ¿Qué pasa con la atención que deben tener los desmovilizados? ¿Qué pasó con la ayuda humanitaria?

Estas preocupaciones son compartidas por la ONU. Luego de dos semanas de iniciado el proceso de desmovilización ninguna de las 27 zonas a las que debe llegar la guerrilla para su desarmarse y desmovilización están adecuadamente equipadas. “Hay acceso limitado a agua potable, alimentos, servicios de salud y electricidad”, dijo el organismo internacional.

En el escenario político los riesgos no son menores, hay que ver nada más las reacciones en el Capitolio hasta donde llegaron esta semana varios miembros de las Farc y sus representantes en lo que se considera el primer paso para concretar su partido político: ‘Voces de paz y reconciliación’. Allí se dejaron ver las complicaciones que se tendrán, más aún cuando en 2017 arranca en firme la campaña por la Presidencia de la República.

Credito
COLPRENSA

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