La vejez, un tema en el olvido de la familia y el Estado colombiano

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Soledad, falta de atención, abandono e interés detrás de alguna herencia son los problemas que enfrentan a diario la mayoría de los adultos mayores en Colombia. Es por eso que Colprensa indagó sobre esta situación desde el ámbito social, psicológico y jurídico.

“Lo último que recuerdo que me dijeron mis hijos, antes de que me dejaran abandonado, fue que les diera mi firma para la venta de la casa”. Así relata Rafael, un hombre de 85 años de edad, desde el sexto piso del hogar ‘Las Hermanitas de los pobres’, que desde hace 16 años no ve a sus seres queridos.

Rafael, quien es oriundo de Medellín, a diario tiene que enfrentar la soledad, la falta de atención y el abandono que generó que sus hijos tomaran la decisión de dejarlo fuera de la vida de ellos. Así como Mejía, el 11% de la población colombiana son adultos mayores de 60 años que están en situación de abandono, según el Estudio Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento (Sabe).

“Cuando me operaron, mis tres hijos consideraron que quedaba inservible y eso fue un golpe muy fuerte para mí, toda mi vida había manejado carro y ahora mis hijos me trataban como un objeto viejo”, dice con melancolía, mientras de su bolsillo extrae una foto vieja en la que posan tres niños al lado de él. Su boca se mueve para decirnos que este 11 de junio, “queriendo Dios”, cumple 86 y aguarda a que este año sus familiares vayan a visitarlo, porque como cada día que pasa “los estaré esperando”.

Esta situación, según la hermana Jannet Ortiz, miembro del hogar las ‘Hermanitas de los pobres’, revela un preocupante panorama en la vejez colombiana, ya que esto “crea una grieta emocional en los ancianos que es muy difícil de sanar. Siempre hay ancianos en la lista de espera a tener una familia, es muy desolador verlos a diario mirar por la ventana que da a la entrada principal esperando a que llegue alguien que pregunte por ellos y los visite, alguien de su familia que les vuelva a dar ese amor que injustamente les arrebataron, por considerar que ya no son funcionales en la sociedad”.

Y es que las cifras no son alentadoras y revelan un incremento en la mala atención de los ancianos. El Instituto de Medicina Legal reveló en su cartilla ‘Forensis 2017’ que el maltrato a los adultos mayores incrementó en 5,6% en comparación a años anteriores, siendo Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla las ciudades con el mayor número de desprotección, desembocando en el desamor y el aislamiento.

Para Carlos Valdés, director de Medicina Legal, es “frustrante ver que la situación del adulto mayor no mejora y, peor aún, que no hay conciencia sobre el tema. Cómo es posible que encontráramos que el maltrato se dé principalmente los fines de semana y a manos de la familia de estas personas”.

Debido a esto, Medicina Legal estima que en el 20% de los casos de abandono, el adulto mayor toma la decisión del suicidio, encontrando esto como la principal salida a la depresión que le genera la soledad y el olvido por parte de sus familiares.

“La institución ha encontrado que los suicidios en el adulto mayor están incrementando, precisamente a causa del desamor y la desprotección, eso significa que el panorama hoy no es para nada halagador. Es muy injusto que nuestros ancianos no encuentren refugio en nuestros hogares, porque los estamos agrediendo”, añadió Valdés.

Adiós a la vida

Las palabras de Valdés toman sustento cuando se reflejan en Ana, una mujer de 84 años de edad, quien desde el cuarto piso del hogar para adultos mayores intenta terminar de coser con su máquina un saco para su nieto de cinco años, a quien hace cuatro años no ve.

“Yo me siento aquí en mi cuarto todos los días a coser, eso sí mientras los achaques me dejen, porque si no estaría en la cama guardando reposo y orando a Dios para volver a ver a mi hija”, cuenta Ana, quien ha intentado quitarse la vida en cinco ocasiones a causa de la depresión y la soledad.

El psiquiatra Leonardo Ajá, especialista en suicidio, asegura que la situación de abandono conlleva a que muchos hombres o mujeres de la tercera edad piensen que lo único que hacen a sus familias es estorbo, porque la sensación de desarraigo y de desvinculación quiebra la característica social por naturaleza del ser humano.

“Debemos entender que un anciano por naturaleza duplica su sensibilidad, convirtiéndose en un ser vulnerable, y el peso de la desvinculación familiar lo que hace es llevarlo al borde de no valorar su vida y, más aún, si presenta algún tipo de discapacidad o enfermedad crónica, una de ellas es la depresión que induce a que su sistema inmunológico esté debilitado”, explicó el especialista.

Resalta que las familias no son los únicos actores en el abandono sino también el Estado, quien “no garantiza la estabilidad en la vejez, porque no ejecuta como debe ser. Es claro que al Gobierno no le importa lo que suceda con los ancianos, salió el informe de Medicina Legal y no han salido a decir nada, absolutamente nada y así encrudece la situación mental de los vulnerables. El Estado olvida que tiene ancianos”.

A pesar de que Colombia cuenta con programas de atención al adulto mayor desde el Ministerio de Salud, como ‘Colombia Mayor’, que otorga subsidios de sostenibilidad a los ancianos, no es suficiente para la protección de ellos.

El presidente de la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría (Acgg), Róbinson Cuadros, asegura que hay una carencia de políticas claras para atender a esta población, que será la mayor protagonista en el futuro, porque “hoy nadie habla de vejez en colegios y universidades, lo que dificulta proyectar y preparar a todo nivel una vejez activa, digna y saludable”.

Ante este panorama, Cuadros advierte que es clave pasar ya de un modelo de salud basado en la enfermedad para abrirle paso a un sistema de cuidado. Asimismo, considera que pertenecer a un país con uno de los índices de mayor envejecimiento en el mundo, “no es un problema ni una desgracia, como muchos lo plantean, es un reto como sociedad y una oportunidad de desarrollo”.

LEY 1893 DE 2018

Debido a estas problemáticas, hace tres días fue sancionada por el presidente de la República, Juan Manuel Santos, la Ley 1893 de 2018, que deshereda a hijos y cónyuges maltratadores de los adultos mayores.

La ley pide garantizar el suministro de alimentos, habitación, asistencia médica o sustento a los mayores de 60 años por parte de sus hijos, para que los índices de abandono y maltrato disminuyan.

El presidente de la Cámara de Representantes, Rodrigo Lara, quien fue el autor de esta ley, señala que “el deber de un hijo con sus padres que están en la tercera edad es el cuidarlos, proveerles alimentación si se encuentran en una situación crítica y si esas personas son malos hijos y maltratan a sus padres, pues podrán ser desheredados gracias a esta figura”.

El presidente de la Cámara manifiesta que esto no se da tan fácil, porque la gran mayoría de víctimas de los hijos no denuncian, lo que hace que las estadísticas sobre el maltrato y abandono de adultos mayores sean precarias.

“Basta con ir a los hospitales o las secretarías de salud y encontramos que son muchas las personas que son abandonadas a su propia suerte por parte de sus hijos. En Colombia, no existe protección a los adultos mayores, el Gobierno no garantiza eso, no hay una red porque Colombia tiene un sistema pensional paupérrimo, aquí los adultos mayores viven serias dificultades, abandonados por sus hijos y el Estado”, dice Lara.

Finalmente, el congresista y los analistas de este panorama concuerdan en que Colombia está dejando en el ‘baúl del olvido’ a sus ancianos, situación que se incrementa cada vez más. Mientras tanto, Rafael y ‘Anita’, como le dicen las 23 hermanas del hogar para ancianos, seguirán a la espera de que sus hijos los recuerden y de que el Estado les dé una mayor garantía para sus últimos años de vida.

Credito
COLPRENSA

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