“La obsesión mía no es Uribe, la obsesión es de él con el poder”

En su oficina, en la dirección de Noticias de Univisión, la cadena de televisión de habla hispana con más audiencia en los Estados Unidos, el periodista Daniel Coronell habló sobre la realidad del país, los primeros 100 días de Duque, sus denuncias contra Álvaro Uribe y los diálogos de paz

Daniel, ¿cómo ve la realidad de Colombia?, ¿qué es lo que más le preocupa de lo que está pasando?

Primero, la veo con esperanza. Yo pienso que por muchas vicisitudes que viva el país, siempre vamos hacia un destino mejor. Creo que si ponemos en el balance las cosas buenas y las cosas malas que se viven en Colombia, el balance de las cosas buenas es supremamente favorable y en eso hay optimismo, lo que pasa es que el trabajo de nosotros los periodistas es resaltar lo que no funciona, mostrar las anormalidades y mostrar la corrupción y eso hace que la gente nos perciba como unos gruñones, pesimistas y redentos y resulta que no es así. Nosotros tenemos el deber de señalar periodísticamente lo que no está bien, pero también vemos lo que está bien y vemos con optimismo y esperanza el futuro de las nuevas generaciones de colombianos.

Ya son 100 días del gobierno de Iván Duque, ¿cuál es su balance de lo que ha sido esa primera etapa del nuevo gobierno?

Ha sido muy gris, ha sido un poco mediocre y no he sentido al presidente Duque en control del país ni del cargo. Creo que hay cosas rescatables en su aproximación a la vida política y en sus formas de comunicación, que hace que sea una persona menos agresiva y menos verbal que su mentor, el expresidente Uribe, pero al mismo tiempo siento que han pasado 100 días en los que no ha pasado casi nada y que hay malas señales externas en muchos campos. Espero que el presidente Duque haga lo posible por salvar los acuerdos de paz, en donde reside buena parte de la esperanza de los colombianos y que no se convierta esto solo en una oportunidad para lustrar la vanidad de su mentor, sino buscar las oportunidades que hay, corregir lo que no está funcionando bien y seguir adelante.

Hablando de ese mentor, ¿cree que Duque ha tomado la distancia suficiente del expresidente Uribe?

No, no ha tomado ninguna distancia y veo además que Uribe tiene un hambre insaciable de poder, que no le han bastado 20 años de estar mangoneando en el país para seguir en esto y probablemente no le bastarán los próximos 20. Veo con preocupación que los procesos e investigaciones judiciales contra Uribe como que empiezan a marchar en cámara lenta y a dormir el sueño de los justos en los anaqueles judiciales, sin que haya una respuesta y una disciplina para demostrar que no hay ningún colombiano que esté por encima de la ley; pero bueno, ese es nuestro país y yo como periodista tengo que seguir haciendo mi trabajo, no importa si hay justicia o no, el periodismo no es una rama auxiliar de la justicia, el periodismo tiene una misión social completa en sí misma.

Precisamente usted ha sido tal vez el periodista más firme en denunciar y escribir contra el expresidente Álvaro Uribe, muchos lo acusan de tener una obsesión con él.

No, yo tengo una obsesión por el control del poder, el periodismo es un contrapoder por esencia y estamos hablando del hombre más poderoso de Colombia, que ha marcado la vida política del país desde el año 2001. Llevamos algo más de 17 años bajo la égida de Uribe, como candidato, como presidente, reeligiéndose como presidente de una manera tramposa. Gracias a denuncias mías terminaron dos de sus ministros y un secretario general en la cárcel, utilizando los recursos públicos de manera abusiva para perpetuarse en el poder, utilizando la inteligencia del Estado para espiar magistrados, opositores y periodistas, buscando conocer las fuentes de información de los periodistas, en fin... enriqueciendo a miembros de su núcleo familiar. Todas esas cosas ameritan que uno ejerza un control sobre Uribe. La obsesión mía no es investigar a Uribe, la obsesión es de Uribe de quedarse en el poder, mientras él esté en el poder, yo tengo que investigarlo y mientras esté vivo, desde luego, tengo que investigarlo porque es mi deber como periodista, es un contrapoder el que ejerzo.

Pero al final no pasa nada y no ha pasado nada…

Es relativo, porque ¿cuál es el éxito del periodismo? ¿Que la justicia tome decisiones? No. ¿Que haya funcionarios en la cárcel? No. ¿Que los funcionarios renuncien a su cargo? No. Eso son solo manifestaciones de que otras estructuras de la sociedad están funcionando. Que está funcionando lo disciplinario, lo penal, pero la misión del periodista es solo mostrar lo que pasa y que la gente tome mejores decisiones. En ese sentido yo pienso que sí pasan cosas, que la gente lo tiene claro y toma mejores decisiones y que una parte del país que antes estaba tan cegada como la otra parte del país, ahora cada día ve más. Yo noto que hay un ostensible decrecimiento del uribismo alfabetizado, que cada vez hay menos gente que tenga capacidad de lectura y quiera seguir ahí, pero bueno, eso es lo que yo me imagino y seguiré trabajando y si no pasa nada eso es responsabilidad de otros, yo tengo que seguir cumpliendo con mi deber.

Usted es un exiliado; por estas denuncias tuvo que salir del país.

Tuve que salir del país, después volví y ahora estoy acá porque Univisión, el sistema de información más importante en español de Estados Unidos y una de las cadenas más vistas de este país sin importar idioma, decidió hacerme una oferta; aquí estoy disfrutando esta maravillosa oportunidad de aprender en un momento en que los hispanos son una fuerza decisiva en este país. Entonces yo no veo como castigo estar acá, lo veo como un premio y cuando vuelva a Colombia, que seguramente tendré que volver en algún momento, atesoraré este momento para siempre.

Quienes trabajan la denuncia casi siempre deben enfrentarse a impunidad, a amenazas, ¿vale la pena hacer periodismo de denuncia, a sabiendas de que muchas veces el periodista arriesga su propia vida?

Claro que vale la pena, es una actividad por la que vale la pena vivir y morir.

No lo puedo dejar ir sin preguntarle sobre los diálogos de paz con las Farc ¿Cómo ve su ejecución? ¿Cómo ve ese futuro?

Pues con mucha preocupación, creo que podemos por falta de manejo, de dedicación y de generosidad, perder una gran oportunidad para las nuevas generaciones. Yo espero que no sea así, yo confío en que los dirigentes colombianos tengan la visión de no tirar a la basura lo que se ha avanzado y descubrir las cosas buenas que han pasado a raíz de eso. La gente toma por merecido, a veces, lo que sucede, pero llevamos meses sin oír hablar de una toma guerrillera de un pueblo, sin saber qué significa una pesca milagrosa, los niños que tienen 10 años no han oído como parte de su vida eso. De ver que el Hospital Militar no tiene heridos de guerra, por lo menos en las proporciones en que los tenía antes, entonces todo eso demuestra la bondad de haber emprendido un proceso de paz. La paz no es absoluta, ni uno puede decir que porque no se resolvió todo, mejor no resolvamos nada. Nosotros tenemos que ir por partes y avanzar. El futuro se construye con base en la confianza y en las nuevas oportunidades, yo pienso que hay una gran posibilidad para la Colombia del futuro en estos diálogos.

¿A pesar de la polarización en la que quedó el país?

A pesar y gracias a eso. Es que es buenísimo que nosotros nos podamos enfrentar en argumentos, que podamos discrepar. Incluso a mí que me insultan tanto, en medios y eso, yo veo eso con buenos ojos porque me parece mejor amenaza que tiro, insulto que amenaza, mejor grito que insulto. Creo que en muchos aspectos vamos mejorando, si solo me insultan está bien, ya no tengo que pensar que me van a matar por lo que investigo y por lo que escribo.

¿No siente miedo?

Sí, de vez en cuando. Aunque tengo la decisión de decir que nunca tengo miedo.

Credito
DIANA GIRALDO MESA

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