Para Bitcoin, la aparición de cientos de alternativas que buscan un lugar en el mercado está comenzando a causar que pierda su prestigio, a pesar de que la moneda sigue siendo el estándar en la industria.

Y entre esas monedas que siguen al Bitcoin, está Monero, un activo digital que cuenta con un enfoque más anónimo, con tecnología específica que dificulta el rastreo de direcciones y transacciones con la divisa, características que son interesantes para muchos usuarios, pero también para desarrolladores de malware, pues la tecnología de Monero hace difícil inferir la verdadera identidad de quien realiza una transacción y esto es importante para quienes estén implicados en acciones ilegales.

Por otra parte, no se requiere una gran cantidad de energía para minar la moneda. Es decir: nuevas unidades del activo digital pueden ser creadas incluso en computadores caseros, lo que también resulta atractivo para los códigos maliciosos de minería.

Y aunque es una criptomoneda relativamente nueva, se mantiene en el top 10 de criptomonedas alternativas, según Coin Market Watch.

Bitcoin sigue siendo la más aceptada por los comercios a nivel general, pero cada vez más usuarios experimentan con otras criptomonedas.

Si se tiene en cuenta la especulación sobre su precio y el grado de conciencia que tiene el público en general con respecto a este fenómeno, se detecta que la tendencia será al alza en los próximos años, independientemente de cuál sea la criptomoneda del momento.

Estas son otras razones por las que Monero continua resultando atractivo y ganando más fuerza en el mundo del malware. Los criminales ven en ella la posibilidad de aumentar el valor que recibirán de su actividad ilegal en el futuro.