No quieren más promesas, ruegan por una solución

Jorge Cuéllar / EL NUEVO DÍA
Crédito: Jorge Cuéllar / EL NUEVO DÍAEn una de las últimas comunicaciones que recibió una habitante por parte del Ibal, se explica que la intervención se haría hasta diciembre.
En la carrera Tercera, entre calles 25 y 26 del barrio El Claret, existen dos enormes cráteres que han causado constantes estragos a la comunidad del sector. Los residentes se sienten cansados de lo que consideran ‘burlas’ por parte del Ibal a la hora de brindarles una solución a los diversos problemas que se suscitan por la obstrucción de una alcantarilla.
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La comunidad del barrio El Claret lleva años combatiendo contra el mal estado de las vías, algunos de estos problemas, han crecido a tal magnitud que propiciaron el colapso de la red de alcantarillado en algunos sectores, creando huecos tan enormes, que representan un peligro para los residentes.

Una de las situaciones más evidentes se vive en la carrera Tercera entre calles 25 y 26, en donde según algunos habitantes del sector, llevan conviviendo con un cráter desde hace más de dos años, el cual aparte de causar daños a vehículos, se convirtió en un foco de proliferación de mosquitos, ratas y olores nauseabundos.

En la actualidad, quienes transitan por esta calle quedan expuestos a dos enormes huecos. La comunidad señala que antes hubo otros más, pero  fueron intervenidos por el accionar de algunos vecinos, sin embargo, este tipo de soluciones no les son suficientes y reclaman la intervención de los entes competente. 

 

Obstrucción de la red de alcantarillado

Según lo manifestó Stella Idarraga, residente de la calle afectada, “el asunto es que desde hace más o menos diez años, el Ibal ha estado enterado por medio de llamadas y otras maneras,  sobre el problema que se viene presentando en esta calle, en la que el alcantarillado está obstruido en la mitad de la cuadra”, dijo Stella.

Aseguró, que la situación empezó desde la pavimentación de las calles 27 y 28 hace una década, en ese tiempo operarios del Ibal revisaron la estructura del mismo alcantarillado, y aunque se habrían percatado de la obstrucción, no adelantaron alguna acción para remediar el daño. 

Para la época, dicha obstrucción no se había manifestado como una problemática grave. Pero años después, se procedió a la pavimentación de las calle 25 y 26, en la que de la misma manera, operarios del Ibal, verificaron algunos inconvenientes por obstrucción en el tubo de aguas residuales, sin embargo, solo hubo disposición hacia la  pavimentación de la vía sin la intervención de la red de alcantarillado.

“Hace ya tres años se nos empezaron a abrir unos huecos en la calle, estos fueron tapados por algunos vecinos. Pero ya vamos a cumplir dos años con este cráter enorme, se ha llamado para que nos solucionen el problema, pero nada”, apuntó Idarraga.

 

 

Una comunidad cansada

Daniel Cardozo, habitante y comerciante del sector, sostuvo que los problemas que acarrean a la comunidad con respecto al daño del alcantarillado, van más allá de la exposición de las aguas residuales, ya que han llegado a incidir incluso en las finanzas de algunos comerciantes del sector, como él.

Cardozo posee una panadería, y dice haber visto cómo a causa de la problemática mencionada, sus ventas han decaído de manera significativa, no solo por que los clientes deciden alejarse de su local, sino que a los vehículos se les dificulta sobremanera transitar por esa calle.

El comerciante mencionó que precisamente, durante este fin de semana, una camioneta de alta gama cayó a uno de los hoyos, perjudicando un rin y representando un gran susto para su conductor. 

“Nos sentimos completamente perjudicados, porque este hueco suelta un olor terrible, en varias ocasiones uno puede ver como salen ratas de allí. 

“Hay algunas personas que llegan al negocio y prefieren irse, otros me dicen que no arriman por el hedor, algo entendible”, señaló Cardozo.

De igual forma, Luz Marina Rubio otra residente, indicó que aparte de los accidentes de carros, son constantes los accidentes con motociclistas. Ella sostuvo que la preocupación se ha extendido también hacia los peatones, especialmente a los niños que juegan en esta calle, pues temen que alguno de ellos pueda llegar a caer en lo que catalogó como ‘una trampa mortal’.

Otro ciudadano precisó qué algunas mascotas del barrio han sufrido accidentes al caer en el hueco de mayor tamaño.

 

Una petición que se volvió ruego

En octubre de 2021, la comunidad afectada, radicó una carta en conjunto con la Junta de Acción Comunal, pero no se obtuvo una respuesta sobre esta. 

El 1 de junio de este año, Stella Idarraga, cansada de la inoperancia del Ibal, tomó la iniciativa de enviar una carta a la gerencia de la entidad, en la que más que una exigencia, se exclamó un ruego para que se le diera una pronta solución a este problema de años.

“Ya en junio desesperada de ver que no nos han tenido en cuenta para arreglarnos esta problemática, envié una carta al Ibal, donde le rogaba a la gerente que por favor, nos pusieran cuidado porque se iba a hundir toda esa calle”, expuso Idarraga.

La carta fue contestada, y en ella le indicaron a Stella que, se había designado a un encargado para ejecutar obras de intervención al problema, “un representante vino, miró, se percató de los olores tan difíciles que hay en el sector, a causa de la alcantarilla destapada, y según le entendimos, dijo que a mediados de agosto se iba a arreglar”, detalló la residente.

No obstante, pasó agosto y las obras nunca iniciaron en el tiempo señalado. El hecho fue visto por la mujer como una falta de respeto, por lo que decidió interponer una tutela en contra el Ibal, pero no fue admitida por el juez.

Unos días después de esta acción, llegó a su puerta una carta del Ibal en donde se comprometen a darle solución definitiva al problema, pero hasta diciembre.

La comunidad manifiesta no creer en este tipo de promesas, ellos demandan dan soluciones. Indican que cada que los visitan desde la empresa, les dicen que van a enviar los informes respectivos a la entidad, “habrán enviado los informes, pero quién sabe qué habrán hecho con estos, ya que no ha pasado nada”, concluyó Stella Idarraga.

 

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Credito
El Nuevo Día

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