Por el hecho la Policía está investigando dos posibles hipótesis de lo ocurrido. Una de ellas indica que el arma de fuego habría sido manipulada por un menor de 12 años cuando de manera accidental se disparó.

La otra es que la propia víctima encontró el arma y cuando la tenía en sus manos se habría accionado ocasionándole la herida.

Lo cierto es que el tiro hizo blanco en la cabeza del niño de tres años, quien se desvaneció ante los gritos de algunas personas que de inmediato corrieron para auxiliarlo.

El menor fue trasladado en un taxi al servicio de urgencias del Hospital Universitario de Santander, HUS, donde tras ser valorado por los médicos lo remitieron a la sala de cirugía pues, al parecer, tenía alojado el proyectil en la cabeza.

Según las autoridades, el menor continuaba en cirugía y por la gravedad de la herida su estado era de pronóstico reservado. 

Ayer en la noche, la Unidad Móvil del Laboratorio de Criminalística del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de la Fiscalía, inspeccionaba la vivienda donde se registraron los hechos, con el fin de establecer cómo se produjo el lamentable hecho, así como verificar la documentación del arma de fuego accionada de manera accidental.