En Colombia se le ‘apuesta’ a las segundas oportunidades

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
En un país que necesita reconciliarse para alcanzar la paz, ya hay más de 600 empresas que ‘apuestan’ a la desmovilización para construir, entre todos, una mejor Colombia.

MARÍA CAMILA CENTENO Q.

Felicidad y gratitud, eso sienten los desmovilizados a los que se les permite reintegrarse a la sociedad y tener un empleo. Y aunque empezar de nuevo no es fácil, la posibilidad de forjarse un mejor presente y futuro es la meta por la que luchan día tras día.

Colombia, que lleva inmersa en un conflicto armado de más de medio siglo, permanece firme en su deseo de paz, y así lo demuestran las empresas que han decidido ‘apostarle’ a las segundas oportunidades, al abrir la puerta a quienes se desmovilizan y buscan salir de la ilegalidad.

La desmovilización, en cifras

De acuerdo con la Agencia Colombiana para la Reintegración, ACR, en los últimos 13 años en el territorio nacional se han desmovilizado 57 mil 996 personas, de las cuales 49 mil 155 han ingresado de manera voluntaria al proceso de la entidad. De estas personas, ya más de 13 mil culminaron su proceso de reintegración y más de 16 mil están trabajando en este.

A la fecha el 74,2% de los desmovilizados en proceso de reintegración está ocupado, el 69,4% posee un trabajo informal y el 30,6% tiene un trabajo formal.

Es así, que de manera voluntaria, los desmovilizados ingresan a los programas de reintegración y a pesar de las dificultades, como las afectaciones psicosociales que les deja el conflicto, se esfuerzan por capacitarse.

La ACR cuenta con un modelo de aprendizaje aprobado por el Ministerio de Educación, que permite a esta población vulnerable acceder a programas educativos de calidad, y con empeño conseguir un trabajo que les permita tener una vida digna.

Desde la ACR, pero principalmente desde los mismos desmovilizados, apelan a la generosidad de los empresarios colombianos para que confíen en sus intenciones de contribuir, con su trabajo, a construir un mejor país.

Así pues, ya son más de 650 empresas en Colombia que, según la ACR, “trabajan con nosotros a través de mecanismos como la empleabilidad, los encadenamientos productivos, las prácticas laborales, voluntariados corporativos, los procesos de formación a la medida y el apoyo a procesos que generen condiciones para la reconciliación en los territorios”.

¡Sí se puede!

Estas son algunas de las empresas que apoyan a los excombatientes: Éxito, Sodexho, Terpel, Cemex, Cámara de Comercio de Bogotá, Panaca y Kokoriko, entre otras.

Y otros departamentos no se quedan atrás, decenas de compañías apoyan el proceso de reintegración.

“Tengo una sensibilidad por lo social, creo que a la gente hay que darle un medio de cómo ganarse su sustento. Si hay personas que los podemos apoyar, debemos hacerlo. Así aportaremos a la paz, porque con hambre no hay paz”, dice Esmeralda Prada, gerente de Labores Verdes Ambientales S.A.S., una empresa de Bucaramanga que se dedica a ofrecer paquetes de aseo y a suministrar personal para servicios generales.

Actualmente, en esta empresa laboran 19 desmovilizados, y su gerente cree firmemente que ayudando a las personas se logra buenos resultados. “Una persona que tiene empleo, difícilmente piensa en hacer daño a la sociedad. Eso me motiva y a eso hay que apuntar”, destaca Prada.

Freddy Hernán, desmovilizado de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, labora desde hace un año en Labores Verdes Ambientales y dice que la experiencia ha sido “muy positiva para mí y para mi familia, es algo que le agradezco a la empresa, pues nadie me daba la oportunidad. Ahora puedo tener el tiempo para disfrutarlo con mi familia, sin preocuparme por no tener empleo. Puedo vivir tranquilo”.

Ahora, Hernán le hace un llamado al país y pide que, así como él encontró un espacio en la sociedad, se lo brinden a otros desmovilizados.

“Tenemos mucho que aportar, no solo un granito de arena, tal vez mucho más que eso. Cuando uno encuentra una empresa que le abre las puertas, a uno le cambia la vida”, explica este desmovilizado que salió de la ilegalidad hace 10 años y que dice a quienes aún están en grupos al margen de la ley que “se animen a salir de esa vida, que lo separa a uno de la civilización, de la familia, de los hijos.

“Es difícil conseguir trabajo, pero no imposible. Siempre hay personas de buen corazón que los pueden ayudar”, comenta.

Otro ejemplo de que en el país también se puede

Desde hace 10 años, José Manuel Ortiz, desmovilizado de las AUC, trabaja en la empresa de construcción Estructuras Par, una compañía que le ha permitido no solo capacitarse en el área de construcción, sino también ascender durante los años.

Ortiz dice que inició como cualquier obrero, “tirando pica y pala”, pero como tenía deseos de superarse, “con el apoyo de la ACR hice estudios y ahora soy técnico en construcción”. Estos estudios le dieron la oportunidad a José Manuel de convertirse en maestro de obra general.

“Al personal que aún esté en la parte ilegal, le digo que aquí afuera podemos hacer una familia, podemos vivir tranquilos, hay oportunidades de estudiar, de capacitarnos. Es muy bonito estar afuera, donde podemos salir a donde queramos, no somos perseguidos, podemos formar un hogar, reconstruir una familia”, asegura José Ortiz, quien agradece a la empresa, pues la “semilla” que en él sembraron, explica, ya dio sus “frutos”.

Además, sostiene que en la constructora les dan la oportunidad a los desmovilizados, “porque todos somos colombianos, vengan de donde vengan, porque apuestan a la paz. Y cómo se contribuye a la paz, dando trabajo al personal que viene de allá (excombatientes)”.

Credito
MARÍA CAMILA CENTENO Q.

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