COLPRENSA, BOGOTÁ

Según Juvencio Samboní, padre de la menor, el lunes estará atendiendo el llamado de varias organizaciones e instituciones que les entregarán dinero y otras ayudas luego de que varios colombianos y extranjeros se dieran a la tarea de recolectarlo tras conocerse el trágico final de su hija, la misma niña que soñaba con tener una casa y ser reina de belleza.

Y es que así como fue cruel y salvaje la forma cómo el arquitecto Uribe Noguera truncó esta vida, la solidaridad nunca dejó de lado a la familia Samboní de la vereda El Tambo, del municipio de Bolívar, como queda evidenciado cuando ellos regresaron a Popayán, vía aérea, con el cadáver de la pequeña.

En ese momento, y gracias a la gestión de la Policía Metropolitana de Popayán, un grupo de comerciantes se ofreció a entregar una vivienda para albergar a la compungida familia, la misma que arribaba a final o comienzo del año al Cauca para pasar vacaciones con primos, hermanos y cuñados, pero que en esta ocasión vinieron por un motivo muy doloroso y triste: enterrar a su pequeña de ocho años.

El lote

Pasaron las semanas del sepelio de la menor y otra ayuda tocó a la puerta de la vida de Juvencio Samboní: Jesús Antonio Montano Tumiñá, indígena de la comunidad Misak o guambiana, entregaba la escrituras de un lote ubicado en la vereda La Rejoya, zona rural de Popayán, para que se ejecutara la construcción de la vivienda.“Hacemos esta donación sin interés alguno, ni monetario, ni político, aprendí de mi padre a ayudar al prójimo en los momentos difíciles”