Para la industria de biocombustibles el panorama se oscurece aún más, ya que se suma al no incremento de las fórmulas para mezcla con gasolina y Acpm en el país así como la congelación y fijación de un precio techo para etanol y biodiésel.

Jorge Bendeck Olivella, presidente de la Federación Nacional de Biocombustibles, Fedebiocombustibles, dijo que con esas medidas las perspectivas son duras y oscuras, pues ya no saben qué pueda venir.

El directivo anotó que con el etanol importado no se puede competir, ya que en Estados Unidos tiene subsidios que oscilan entre US$1,5 y US$2 por galón (con la tasa de $2.953 los auxilios van entre $4.429 y $5.900), lo que significa que si el productor americano tiene un costo de $3 por galón, lo puede vender en el mercado a la mitad al tener como soporte la ayuda estatal directa.

Bendeck Olivella expresó además que tomando cifras oficiales del gobierno de los Estados Unidos, los subsidios para el etanol en los últimos cinco años (hasta el 2016) fueron del orden de US$50 mil millones, lo que significa que se tuvo un promedio de US$10 mil millones anuales en ayudas directas.

“Nosotros no recibimos ningún auxilio, ya que este se le traslada al consumidor al no cobrársele el impuesto que paga la gasolina. Se está dañando la política de biocombustibles y dejando atrás las normas que se establecieron para desarrollar el sector”, agregó.

El soporte de la industria

Según estadísticas de Fedebiocombustibles, para tener materia prima en las plantas se sembraron 165 mil hectáreas de palma aceitera y 30 mil nuevas hectáreas de caña de azúcar.

Los ingenios azucareros son propietarios del 25% de los cultivos, pero adquieren el 75% de esa materia prima de más de 2.500 propietarios en el Valle del Cauca, Cauca, Risaralda y Caldas.

El 20% de la palmicultura pertenece a esos pequeños empresarios.

La industria de los biocombustibles ha generado 30 mil empleos directos y 60 mil indirectos.