El prelado indicó: “Nosotros somos un territorio de esperanza para Colombia y para el mundo”, y señaló que en este momento se comienza a dar los primeros pasos hacia la reconciliación, porque la región es un territorio virgen en desarrollo, y es una región importante para el abastecimiento alimentario de Colombia y en el cuidado de los ecosistemas. 

Monseñor Urbina, quien también es Arzobispo de Villavicencio, indicó que Colombia tiene que desatar un gran movimiento de esperanza, “porque es la que le da densidad a la existencia, una persona sin esperanza es una persona que se deja derrumbar por cualquier cosa y cuando hay una persona solida en ella es capaz de resistir muchas cosas”. 

Monseñor también destacó las palabras mencionadas acerca de la cultura del encuentro de la que habló el Santo Padre, ya que para él son indispensables para la reconciliación. 

En cuanto al Gran encuentro de Oración por la Reconciliación, el Arzobispo de Villavicencio dijo que las historias de vida de las víctimas tocaron el corazón del Santo Padre, “los testimonios de ellos lo conmovieron casi hasta las lagrimas y Él le puso toda su fuerza”. 

Una de las anécdotas que dejó el tercer día del Papa en Colombia fue la lluvia que cayó sobre la capital del Meta. “Yo pensaba que ese aguacero que cayó esta mañana en Villavicencio era preludio de todo lo que pasó y para los llanos es la mejor bendición que ha podido recibir por la visibilización de este territorio”, indicó el prelado. 

Finalmente, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia señaló que una frase que resume la visita del Papa Francisco a los llanos orientales fue con la que el Santo Padre inició su discurso: “Que bello es ver bajar de la montaña los pies del mensajero que trae el mensaje de la paz”.