La radiografía de una reforma política que todavía no avanza

Colprensa - EL NUEVO DÍA
En enero pasado el presidente Juan Manuel Santos instaló en medio de académicos, expertos y uno que otro miembro de los partidos políticos, la Misión Electoral Especial, que era otro de los compromisos que un par de meses atrás había pactado su gobierno con las Farc para que dejara las armas y se reincorporara a la vida civil.

La misión, que fue conformada por seis expertos, uno de ellos extranjero, como muy pocas, se ajustó a los tiempos de trabajo que le fijaron y a los tres meses exactos le hicieron entrega al propio mandatario de una serie de recomendaciones que modernizarían los sistemas políticos y electoral. Las mismas debían ir al Congreso de la República, para que se tramitaran por el mecanismo del ‘fast track’ y como reforma constitucional.

Y ahí le empezaron los ‘peros’ a esa sonada reforma política, que de inmediato anticipó que no tendría un trámite tan fácil en su paso por el Senado y la Cámara de Representantes.

Poco respaldo

Seis meses después de la radicación, el proyecto no ha tenido un trámite legislativo ágil, porque se convirtió en motivo de enfrentamiento entre los partidos, ya que unos, como Cambio Radical y Centro Democrático, ven una norma para favorecer a unos pocos en particular, y otros lo toman como un respiro para las elecciones de 2018.

El senador del Centro Democrático Iván Duque asegura que “la reforma la convirtieron en un mecanismo para favorecer intereses políticos de las coaliciones de gobierno de cara al debate electoral y eso obviamente debía salir mal”.

El analista político Jhon Mario González, quien acaba de evidenciar lo que él denomina los micos que tiene el proyecto en este momento, señaló que “hace seis meses dije que era inoportuna, y en particular la que hace tránsito en el Congreso ha sido improvisada, porque una reforma política que pretenda contribuir a arreglar el desorden de los partidos exige que el Gobierno tenga tres condiciones: la primera, que sepa qué es lo que quiere; dos, que tenga un inmenso músculo político para sacarla adelante, y, tercero, que no esté de salida y con el sol a las espaldas. El gobierno Santos no reúne ninguna de las tres condiciones”.

A buscar los votos

La discusión se espera que siga el martes en la tarde en la plenaria de la Cámara, donde tan solo se ha votado el informe de ponencia, pero no se ha entrado en la discusión de lleno del articulado. Lo primero fueron los más de 50 impedimentos que se presentaron, y lo otro es que no se ha consolidado el quórum para votar el proyecto.

Si la reforma logra las mayorías, al menos 85 votos positivos, pasará al Senado, donde por trámite legislativo tan solo estaría llegando el 1 de noviembre. La reforma deberá entrar a la Comisión Primera, en la que se hará una audiencia pública, como paso inicial, luego se radicaría la ponencia, es decir no antes del 10.

La discusión y la aprobación, según las cuentas del gobierno, debería iniciar en la semana del 13 noviembre y comprender hasta la última semana del mes. La plenaria asumiría la discusión en la primera semana de diciembre, tiempo en el que para el Gobierno aún estará vigente el ‘fast track’.

Credito
COLPRENSA

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