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Al respecto, el ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa, sostiene que “queremos que los colombianos en general sean conscientes de que la vacunación, que todos anhelamos y necesitamos, producirá unos residuos. Eso es normal, pero necesitamos el compromiso de cada uno de los actores para proteger primero a las personas y segundo al medioambiente. No podemos olvidar que preservar la vida y conservar sano nuestro patrimonio natural es, en este momento crucial y esperado, una prioridad”.
El paquete de pautas van dirigidas a actores privados y públicos que intervienen en la gestión de residuos, como generadores, transportadores, prestadores del servicio público de aseo y autoridades de inspección, vigilancia y control.
En tal sentido, el Ministerio de Ambiente, precisó que para el caso de las jeringas descartables y los frascos usados y abiertos o que contengan restos de la vacuna, los residuos cortopunzantes con riesgo biológico o infeccioso deberán disponerse en contenedores rígidos de color rojo.
Se indica además en ese plan de manejo de residuos que los elementos o insumos utilizados o descartados durante el acto de vacunación que tienen contacto con fluidos corporales, como gasas, apósitos, aplicadores, algodones, guantes, entre otros, tendrán que ser clasificados como residuos peligrosos de riesgo biológico o infeccioso biosanitarios, y rotulados y segregados en bolsa plástica y contenedor de color rojo.
En cuanto las IPS, deben garantizar que los residuos peligrosos (algodón con restos de sangre, jeringas y agujas, entre otros) no representen riesgos para los colombianos.
DATO
960 dosis serán aplicadas en el Meta al personal de talento humano y el próximo miércoles llegarán otras 966 para continuar con este proceso.
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