La policía israelí había desplegado importantes refuerzos en Jerusalén, después de que estallaran en los últimos días violentas manifestaciones en Cisjordania, tras la controvertida muerte de un preso palestino en Israel y de dos jóvenes ultimados por soldados israelíes.

Tras la oración musulmana, la policía se enfrentó con decenas de manifestantes palestinos, lanzándoles granadas ensordecedoras y disparándoles con balas de goma en un barrio de Jerusalén Oriental, la parte de la ciudad ocupada y anexada por Israel.

Tres personas fueron arrestadas, dijo la policía. Una decena de jóvenes palestinos sufrieron heridas leves por los disparos.

No se registraron incidentes en la explanada de las Mezquitas. El vocero de la policía había confirmado anteriormente que el acceso a esta explanada estaba reservado a los hombres mayores de 50 años y poseedores de un documento de identidad expedido por Israel.

La explanada, que los musulmanes llaman el "Noble Santuario" (Haram el-Cherif) y los judíos el "Monte del Templo", en referencia al antiguo Templo de Jerusalén destruido por los romanos en el año 70, es un lugar sagrado para el islam y el judaísmo.

En Hebrón (sur de Cisjordania), escena de violentos enfrentamientos tras la muerte de un prisionero palestino en Israel, la policía dispersó con gases lacrimógenos a jóvenes que lanzaban piedras tras las oraciones.

Según un portavoz militar, un soldado resultó levemente herido por una pedrada cerca de Ramala y un palestino recibió un impacto de bala de goma cerca de Bet-El.

Otros enfrentamientos tuvieron lugar en el campo de refugiados de al-Arub, entre Hebrón y Belén, y en el pueblo palestino de Kafr Qadum (norte).

Según fuentes médicas palestinas, en la región de Hebrón 19 palestinos resultaron heridos. Otros cuatro fueron alcanzados por balas de caucho al norte de Ramala y uno más en Qalandiya, en la ruta de Jerusalén.

Paralelamente, se siguieron produciendo choques violentos entre jóvenes palestinos y soldados israelíes en Hebrón, ciudad natal del preso muerto, y otras zonas de Cisjordania.

La muerte del prisionero político también provocó un movimiento de protesta en las cárceles israelíes, donde mil 900 prisioneros palestinos rehusaron alimentarse, según un portavoz de la administración penitenciaria israelí.