Las familias acusan a Choi de exagerar la magnitud de los auxilios en sus descripciones, considerando que la realidad era diferente, tras haber ido en barco al lugar de la catástrofe.

La ira y el dolor han generado una tensa situación en Corea del Sur después del naufragio del ferry el 16 de abril que causó 300 muertos y desaparecidos.

El elevado número de víctimas, entre ellos 280 jóvenes, atizó el deseo de atacar a los funcionarios. Los más criticados son el capitán, la tripulación y los propietarios del ferry, pero las críticas apuntan también contra funcionarios estatales.