“No renunciaré nunca a mi candidatura para el cargo de primer ministro”, anunció en un comunicado Al Maliki, vencedor de las elecciones legislativas de abril, y quien está en el centro de las críticas por su política de sesgo confesional contra las minorías del país.
Las críticas contra el Primer Ministro, en el poder desde 2006, se acentuaron desde la ofensiva de los yihadistas sunitas del Estado Islámico, quienes controlan partes del norte y oeste del país, donde anunciaron la creación de un califato junto a los territorios bajo su control en la vecina Siria.
“Retirarse del campo de batalla frente a los organizaciones terroristas hostiles al Islam y a la humanidad significaría una falta de responsabilidad legal, nacional y moral”, afirmó el Primer Ministro iraquí.
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