ÁNGELA CASTRO ARIZA

En lo que ha sido descrito como un paso histórico, Estados Unidos y Cuba anunciaron ayer el final de más de 50 años de enemistad con el restablecimiento de relaciones diplomáticas que auguran un nuevo rumbo en el entramado geopolítico regional y mundial.

En sendos discursos televisados casi simultáneos, los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama y de Cuba, Raúl Castro, fueron los encargados de oficializar este histórico acuerdo con el intercambio de embajadores.

Por su lado, Obama ha admitido que el embargo sobre la isla no ha dado los frutos esperados, en tanto Castro si bien felicitó los resultados finales, lamentó que se mantenga el “bloqueo” económico sobre la isla comunista.

El anuncio, que suscitó elogios y críticas, se produce en medio de una serie de medidas para generar confianza entre los dos viejos enemigos, que incluyeron la excarcelación del estadounidense Alan Gross en Cuba y de tres cubanos en Miami (gráfico), bajo la mediación de Canadá y del Vaticano.

Carlos Arévalo, profesor de la Maestría en Derecho Internacional de la Universidad de La Sabana de Bogotá, define esta decisión como un giro de 180 grados en la política del gobierno Obama frente a la isla, pero advierte que es solo el comienzo de un “largo camino hacia la normalización” entre los dos países.

“Para levantar el embargo hay un trámite legislativo en el Congreso de Estados Unidos que va a encontrar obstáculos por parte de los republicanos... para Obama es un desafío político alto, y los republicanos lo saben perfectamente y lo van a aprovechar”, opina por su parte Diego Cediel, analista internacional, quien destaca que “la diplomacia es el arte de lo posible, pero mostrándolo imposible”.

En tanto, Arévalo subraya que el diario The New York Times en un editorial había anticipado en octubre pasado que una “nueva generación de cubano-americanos muy influyente era un grupo de presión política muy importante dentro de EU que no ven en el bloqueo la mejor decisión en 50 años” contra la isla.

A su turno, el experto Cediel interpreta este giro político como una consecuencia de “una nueva forma de hacer política de Obama en un concierto más diplomático, más conciliador, y puede entenderse ese viraje como una promesa de campaña conectada con el cierre (base militar) de la isla cubana de Guantánamo”.

Todo esto, agrega el experto, en un contexto en el que “Cuba ha aligerado sus reformas al interior de su régimen de una manera progresiva, en sintonía con la globalización, a diferencia de Venezuela que ha radicalizado su discurso y sus posiciones políticas respecto a Washington”.

Lo anterior no significa que el sistema político comunista de la isla, tenga los días contados, aclara Cediel.

Explica, que “los desafíos de la globalización los obliga a la apertura y a los acercamientos, no hacen a un régimen democrático, es una apertura al mundo, a la inversión extranjera y al turismo”.

El gigante asiático comunista China, que hace 25 años era un régimen hermético, lo ha entendido y hoy por hoy se constituye en la primera economía mundial, recuerda el analista político.

Justamente, Arévalo considera que no se debe pecar de triunfalismos al referirse a la decisión de EU y Cuba de superar el antagonismo que los enfrentó durante 53 años. “Esto no quiere decir que el régimen cubano haya cambiado, que mañana veamos elecciones libres y democráticas” en la isla y augura un camino hacia el mejoramiento de las condiciones de vida de los cubanos. A eso le apostó el presidente Obama, apunta.

Además pone de relieve que las medidas de aislamiento hacia Cuba se convirtieron en los últimos años en un obstáculo para que EU tuviera unas relaciones fluidas con América Latina.

Venezuela deberá replantear postura

La decisión del presidente estadounidense Barack Obama de cambiar la política hacia Cuba y que “busca renovar el liderazgo en el continente americano”, plantea un interrogante: Cuál será la posición de Venezuela, abierto contradictor de Washington y aliado y sostén económico de la isla.

Según el profesor Carlos Arévalo, el gobierno de Nicolás Maduro se vería obligado a cambiar su discurso. Precisamente tras el anuncio, Maduro f no tuvo reparos en valorar el gesto de Obama (es) “de valentía y necesario en la historia, da un paso sin precedentes”. Lo que resulta paradójico es que las relaciones diplomáticas entre Venezuela y EU están bajo mínimos, sin embajadores desde 2010.

“Restablecer las relaciones no significa que Cuba y Venezuela no seguirán siendo contrapeso hemisférico y diplomático en América Latina, y va a persistir esa actitud critica hacia Washington”

La brecha que separa a los dos Gobiernos se ha agrandado con la reciente decisión del Congreso estadounidense de dar luz verde a una ley que permitirá congelar activos y denegar la visa a funcionarios del Gobierno venezolano a los que EE.UU. considera vinculados con violaciones de los derechos humanos durante las protestas antigubernamentales registradas entre febrero y junio pasado.

Puntos clave de las nuevas relaciones

1 Establecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.

2 Favorecimiento de la ampliación de los permisos generales de viaje a Cuba.

3 Facilitación del envío de remesas a Cuba por parte de personas de EU.

4 Autorización de expansión de ventas y exportaciones comerciales desde EU.

5 Autorización para que las personas que viven en EU importen bienes adicionales de Cuba.

6 Facilitación de transacciones autorizadas entre EU y Cuba.

7 Nuevos esfuerzos para incrementar el acceso de Cuba a las comunicaciones y su capacidad para comunicarse de manera libre.

8 Actualización de la aplicación de sanciones de Cuba en países terceros.

9 Negociar con los gobiernos de Cuba y México para discutir la frontera marítima no resuelta en el Golfo de México.

10 Inicio del proceso de revisión de la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo.

Los últimos acontecimientos

La Unión Europea suspendió la cooperación con la isla tras el encarcelamiento de 75 disidentes cubanos (ya liberados).

El contratista estadounidense Alan Gross fue detenido en La Habana.

Cuba condena a Gross a 15 años de prisión, lo que fue considerado “una injusticia” por la Casa Blanca.

Canadá albergó a “altos dirigentes de Estados Unidos y de Cuba” para lograr el restablecimiento de las relaciones bilaterales.