PARÍS, AFP

La dramática doble toma de rehenes que ayer tuvo en vilo a Francia luego de la masacre del semanario Charlie Hebdo concluyó con la muerte de tres yihadistas y cuatro rehenes.

El presidente François Hollande dijo a la Nación tras el dramático desenlace que Francia supo “hacer frente”, pero advirtió que “no ha terminado con las amenazas” que pesan sobre el país galo.

Tras varias horas de asedio, la unidad de élite de la Gendarmería dio el asalto en Dammartin-en-Goële, a cerca de 40 km al noreste de París, en la imprenta donde los hermanos Said y Chérif Kouachi se atrincheraron desde la mañana de ayer.

Un joven de 26 años que permaneció durante horas en la imprenta nunca fue detectado por los hermanos, y fue liberado en el operativo.

“Pudo mandar mediante mensajes de texto elementos tácticos, tales como su posición en el interior del local, a la célula negociadora” de las fuerzas especiales, ségun informó la Policía.

Los hermanos franceses de origen argelino de 32 y 34 años, presuntos autores de la matanza del miércoles en la sede de Charlie Hebdo que dejó 12 muertos, cayeron bajo el fuego de las fuerzas del orden tras salir de la imprenta disparando con sus fusiles kalashnikov. El asalto que puso fin al periplo de destrucción y muerte de los hermanos Kouachi se produjo a las 15H57 GMT.

La localidad de ocho mil habitantes de Dammartin-en-Goële donde murieron los yihadistas es cercana al aeropuerto internacional de París-Charles de Gaulle y vivió ayer en estado de sitio, con las calles desiertas y comercios cerrados.

Nexo entre extremistas

Casi al mismo tiempo, moría en otro asalto de las fuerzas de élite un hombre presuntamente vinculado a los doshermanos yihadistas, que secuestró a varias personas en una tienda kósher en el este de París, que haía matado a cuatro rehenes e hirió a otros siete -incluyendo tres policías-.

La toma de rehenes fue atribuida por las autoridades a Amédy Coulibaly, delincuente reincidente de 32 años ya condenado en un caso de extremismo islámico y que conoció a Chérif Kouachi en la cárcel, donde los yihadistas se radicalizaron. Su esposa de 26 años, Hayat Boumeddiene, sigue en fuga.

El presunto secuestrador de la tienda judía, quien llamó a sus allegados para que cometieran más atentados, era sospechoso de matar a una policía y herido a otra persona el jueves en Montrouge.