El próximo fusilamiento de Gularte y otros ocho extranjeros fue comunicado en forma oficial el pasado sábado por las autoridades indonesias y puede ocurrir a partir de hoy martes.

De cumplirse la sentencia, Gularte será el segundo brasileño ejecutado en Indonesia, tras el fusilamiento en enero pasado de Marco Archer Cardoso Moreira, también condenado a muerte por narcotráfico y por quien el Gobierno de Rousseff abogó sin éxito.

Fuentes oficiales brasileñas dijeron que la representación del país en Jakarta entregó ayer una nota de protesta al Gobierno de Indonesia, en la que insistió en que Gularte sufre esquizofrenia, lo cual impediría su ejecución, según la propia ley de ese país asiático.

Ese argumento ha sido esgrimido por la defensa de Gularte, pero ignorado por la Justicia indonesia, que lo ha incluido en la lista de personas que pueden ser ejecutadas esta semana.