El potente huracán, de categoría 4 en la escala de intensidad de Saffir-Simpson, de un máximo de 5, tocó tierra la mañana de ayer en Haití, un país muy vulnerable a los desastres naturales y que todavía no se ha recuperado de las devastadoras consecuencias del terremoto que lo asoló en 2010, según recordó la ONU.

Un hombre murió ayer en Bariadel (sur de Haití) cuando su casa fue destruida por las fuertes lluvias y vientos provocados por Matthew, lo que se sumó a la muerte por ahogamiento la noche del domingo de un pescador en St Jean Du Sude, en el departamento Sur.

En la República Dominicana, tres menores y un adulto murieron por derrumbes provocados por las intensas lluvias del huracán, que provocó el desplazamiento de 18.545 personas en todo el país, informó ayer el Centro de Operaciones de Emergencias.

El “extremadamente peligroso” huracán descargó además su furia sobre Cuba en la tarde y noche de ayer, sin conocer aún los estragos que causó en esta isla.

Mientras tanto, Estados Unidos desplegó un equipo en el Caribe para proporcionar ayuda frente al fenómeno natural. Por su parte, en el sur de la Florida se preparan para la entrada del ciclón y el alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Jiménez, pidió a los ciudadanos acatar las órdenes de las autoridades.

La gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, ordenó además la evacuación de las costas de su estado previendo la llegada de Matthew hoy a EE.UU.