No hay trato

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
El pulso comercial que mantienen China y Estados Unidos ha venido provocando serios altibajos en la economía mundial con consecuencias impredecibles, y donde ningún país está a salvo.

Un nuevo ‘round’ en la pelea comercial que libran Estados Unidos y China sigue concentrando la atención global, lo que mantiene en vilo la economía mundial.

La ronda número 11 de negociación entre los dos países concluyó, la semana pasada, en Washington sin señales de avance o de acuerdos a la vista que pongan fin a la larga y costosa guerra comercial iniciada en abril de 2018, lo que ha generado un clima de incertidumbre generalizado a nivel mundial.

El resultado fue peor de lo previsto. Terminó con la tregua de seis meses a la confrontación arancelaria en la que están enfrascados Washington y Pekín.

Por un lado, EE.UU. aprobó el pasado viernes aumentar, del 10% al 25% los aranceles sobre productos chinos (teléfonos celulares, computadoras, ropa y juguetes), que representan unos 200 mil millones de dólares. En represalia, China anunció un incremento de las tasas aduaneras a partir del próximo 1 de junio sobre productos estadounidenses con un valor de 60 mil millones de dólares en importaciones anuales.

Así las cosas, pareciera que se aleja la posibilidad de un entendimiento entre las partes, con la imposición de medidas con las cuales se corre el riesgo de entrar en un círculo vicioso de peligrosas consecuencias.

En su afán por adoptar políticas proteccionistas en el marco de su agenda “Primero Estados Unidos”, Trump ha provocado que la economía mundial se haya vuelto cada vez más inestable.

Y esto, según especialistas en la materia, vulnera prácticamente cada día los principios de un libre comercio. Incluso, pone en riesgo y vulnera los mismos intereses de Estados Unidos, cuyo prestigio y liderazgo mundial se han venido debilitando.

 

Réditos electorales

Aunque como estrategia electoral, el enfrentamiento con China puede ser más redituable para Trump, el ‘tiro podría salirle por la culata’ en sus aspiraciones por la reelección en 2020. Si bien a corto plazo le puede funcionar con sus votantes, a largo plazo definitivamente no.

Jorge Iván González, profesor de Economía de la Universidad Nacional y de la Universidad Externado de Colombia, advierte que la coyuntura está generando procesos impredecibles, la dinámica es peligrosa.

“Trump está rompiendo acuerdos que se habían realizado cuidadosamente durante años”, comenta el experto, aludiendo al aumento de aranceles sin consultar.

Este pulso económico de las dos potencias lo que demuestra es una redimensión de las fuerzas hegemónicas y unos posicionamientos de orden comercial, apunta Hugo Fernando Guerrero, docente de la Facultad De Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de La Salle.

Mientras Estados Unidos adquiere una posición ofensiva, China adopta una defensiva, identifica el experto. En esa línea, anota que más que Estados Unidos, es Trump tratando de perseguir y cumplir con sus promesas de campaña, al proteger la industria norteamericana.

Lo anterior plantea un dilema. “Lo que se ahorra Estados Unidos para proteger a sus empleados, lo pierde en competitvidad”, enfatiza.

De hecho, Guerrero describe que “en el fondo, son medidas de populismo económico”, que solo traerán “daños colaterales” a la economía de los países.

En ese sentido, Jorge Iván Cárdenas, economista de la Universidad de la Salle, asegura que nadie está ganado en esta guerra, por el contrario, hay muchos perdedores.

“Uno entiende que tanto China como Estados Unidos deben defender sus intereses como naciones. Pero están causando que el comercio mundial se deteriore principalmente por la incertidumbre generada. Por ejemplo, hoy 13 de mayo las acciones en Wall Street cotizan a la baja perdiendo hasta un 2% para S&P500, principalmente por la desilusión de lograr un acuerdo entre los países”, explica el profesional.

Ahora bien, el también asesor de la Subdirección Territorial del Departamento Nacional de Planeación, considera que el pulso es peligroso, “porque a medida en que más se recrudezcan las relaciones comerciales, los nuevos acercamientos serán mas fuertes y mientras tanto habrá incertidumbre tanto en la industria china, como en los mercados financieros en América”.

“Lo que están buscando (los dos países) son estrategias de presión para lograr una mayor negociación en posibles acercamientos en la cumbre del G20 en Japón a finales de junio”, concluye.

 

“EE.UU. se está disparando en el pie”

 David Castrillón, profesor de la Universidad Externado de Colombia, considera que en esta guerra comercial, Estados Unidos está perdiendo más y es la “gran víctima” por la política que su presidente Donald Trump inició.

Si continúa por esta senda confrontacional, alerta que el crecimiento de la economía estadounidense se podría afectar un 0.4%, en relación a la previsión actual, que está por encima del 3%, lo que “evidencia que esto no está funcionando para EE.UU.”.

En términos generales, opina que la implicación más preocupante de estas medidas del gobierno de Trump, es que Estados Unidos demuestra que no está dispuesto a jugar con las reglas de juego internacional, que el mismo creó.

Si bien reconoce que EE.UU. tiene preocupaciones razonables en cuanto a un déficit que crece, medidas que toma China para beneficiar a sus industrias o el robo de propiedad intelectual, aclara que las reglas de juego, es que ante esas preocupaciones, estas deben llevarlas a la OMC (Organización Mundial de Comercio). “Pero Estados Unidos ha decidido tomar la cuestión es sus manos, de manera unilateral, y lo hace castigando a China”, hasta que el gigante asiático decida cambiar de parecer, destaca el experto en el tema.

Otra implicación, a juicio de Castrillón, es la interpretación de Trump de “Estados Unidos Primero” a costa de sus aliados, “se está disparando en el pie, se está haciendo daño, y va en contra de sus intereses”.

 

Destacado

El déficit comercial de Estados Unidos con China fue en 2018 de  378.000 millones de dólares.

Credito
ÁNGELA CASTRO ARIZA

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