En un comunicado conjunto de los ministros de Exteriores de esos tres países y de la alta representante comunitaria, los firmantes dijeron sentirse “profundamente preocupados” por la instalación de centrifugadoras avanzadas en la planta de Natanz, en Irán.

Así lo puso de manifiesto, indicaron, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (Aiea), adscrita a la ONU, en su informe del pasado 8 de septiembre.

Para Francia, Reino Unido, Alemania y la Comisión, existe “un riesgo” de que el tratado adoptado en 2015 se rompa “bajo la presión de las sanciones impuestas por EE.UU. desde mayo de 2018 y tras la decisión de Irán de no adoptar algunas de las disposiciones esenciales del acuerdo”.

París, Londres, Berlín y Bruselas reiteraron su apoyo al acuerdo de 2015, al tiempo que lanzaron un llamado a Irán a no continuar con las actividades nucleares contrarias al mismo, del cual Estados Unidos se retiró en 2018.

Dato

En la pasada cumbre del G7, el presidente francés, Emmanuel Macron, multiplicó los esfuerzos diplomáticos para restablecer el diálogo entre Washington y Teherán.