Las autoridades de Argentina y el país entero no salen de la conmoción por el brutal asesinato de un bebé de dos años a manos de su propia madre, Paula Guerrero de 29 años, quien fue capaz de quitarle la vida con el único objetivo de vengarse de su marido.

El niño, de nombre Milo Derto Guerrero, murió el pasado 15 de enero y en las últimas horas la mujer fue procesada por tan vil crimen donde se le otorgó prisión preventiva, al ser señalada de asfixiar al pequeño que murió por “congestión, edema y hemorragia pulmonar”.

Hasta ahora, existen tres posibles causas dadas a conocer por la juez que lleva el caso, sobre la manera en que se desarrolló el asesinato.

“Utilizando un almohadón como instrumento de opresión del rostro para interrumpir, así, la respiración del niño hasta alcanzar la muerte. (…) Por medio de obstrucción de la respiración al cubrirle los orificios nasales y boca, al ejercer presión con sus propias manos, hasta lograr el fallecimiento. (…) Al ejercer presión sobre la nuca del niño, con sus manos o almohada, mientras dormía o se hallaba recostado sobre la cama, de modo que su rostro ejerció presión contra el colchón o almohada generándose la obstrucción hasta alcanzar la muerte”, explicó la juez.

Así mismo, explicó que la relación de la pareja terminó a inicios de enero pero la madre tenía una especia de obsesión con el hombre. Este último le quitó la custodia de un niño de 9 años, hijo mayor, argumentando consumo de drogas. En cuanto al bebé, un día antes de matarlo le habían notificado que también debía entregarlo al papá.

Fue allí cuando lo asesinó, lo envolvió en una sábana y lo dejó sobre una cama, donde fue hallado por una tía.