Para muchos la política en Colombia se ha vuelto un asunto de cama. Sexo y política siempre han estado cogidos de la mano. Y con tanta promiscuidad ideológica, en los últimos años el tema ha saltado a la primera página de los medios. Esta vez en boca del Presidente del Senado, el dirigente de La U, Roy Barreras, quien acusa al Partido Liberal de ser la amante del presidente Santos y manifiesta que la esposa legítima es el Partido de La U. 

Esta disputa por quién tiene la titularidad en el corazón del Presidente va más allá de ser un asunto chistoso. Porque el reclamo del Roy Barreras tiene que ver con quién tiene los derechos adquiridos y cuál es la casa política del presidente Santos.

Más allá de lo anecdótico del cuento nadie puede dudar que el jefe de Estado está gobernando con las ideas liberales, heredadas de sus ancestros, como su tío abuelo el ex presidente Eduardo Santos, y que en esencia es un socialdemócrata a carta cabal. Testimonio de esto es su trayectoria en el Estado, y su libro “La tercera vía”, escrito a cuatro manos con el ex primer ministro británico Tony Blair, que recoge las ideas que defendemos quienes militamos en esa línea de pensamiento político.

La socialdemocracia es la antítesis del neoliberalismo y de las ideas dogmáticas que promueven la guerra y no la paz, el terror como instrumento de política exterior, la insolidaridad bajo el criterio de que los pobres deben salvarse por sí solos y la falsa creencia de que el mercado es Dios y el Estado un estorbo.

Quien dude de la esencia socialdemócrata del presidente Santos solo debe leer el Plan de Desarrollo Nacional, que tiene como meta la lucha contra la pobreza y la construcción de un Estado marcado por la prosperidad, la solidaridad, la justicia social, la seguridad y la paz.

Hay que resaltar que la paz negociada siempre ha sido la bandera del liberalismo. Por eso apoyamos el proceso con las Farc en Cuba y deseamos que se inicie lo propio con el ELN. Por todo eso hoy nadie duda de que las ideas liberales del presidente Santos deben reelegirse. Y que el análisis de quiénes son la esposa, la amante y las amigas hay que dejárselo a los analistas rosa de la política.