Revivir al nuevo liberalismo

Alfonso Gómez Méndez

La falta de claridad sobre las elecciones parlamentarias y presidenciales del 2022 -en lo que coinciden numerosos analistas- se origina, entre otros factores, en el hecho de que a partir de 1991 en Colombia prácticamente desaparecieron los partidos políticos y que en cambio hoy solo existen supuestos “movimientos” que no resisten más de una elección.
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Por eso, pocos recuerdan que tuvimos Alianza Democrática  M19, Salvación Nacional -de Álvaro Gómez-Nueva Fuerza Democrática -de Andrés Pastrana-, Primero Colombia, Siempre Colombia, Poder Ciudadano, Marcha Patriótica, Convergencia Ciudadana -de los Gil-, Partido Verde,  -en cierta forma del M-19 y también de los Gil-, Ola Verde -de Peñalosa, Lucho, Mockus y Martha Lucía-, Alianza Social Indígena -divisa para Mockus, Fajardo y otros- además de los distintos movimientos asociados, solo formalmente, a la defensa de la causa afrodescendiente, a menudo usada por curtidos políticos para conseguir su aval.

Sea lo que fuere, conviene recordar que por largo tiempo Colombia tuvo partidos políticos de verdad, y disidencias ideológicas y programáticas reales. El bipartidismo no siempre fue la única alternativa. Finalizando la década de los 60 y comienzos de la del 70, existió la Alianza Nacional Popular de Rojas Pinilla: pesó en el Congreso, ejerció control político a Carlos Lleras -casi lo tumba- y según algunos, ganó las elecciones en abril de 1970.

 En el Conservatismo hubo distintas líneas -laureanistas, ospinistas, alzatistas- pero no disidencias propiamente dichas. 

 Desde 1930 tuvo disidencias de gran cobertura y reconocimiento en el país. 

La primera, la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria, jalonada por el popular líder de izquierda Jorge Eliécer Gaitán que alcanzó a presentar listas en comicios regionales. Quería sacudir a su partido, recoger la bandera en defensa de los campesinos y de las víctimas de la masacre de las bananeras. Reincorporado al Partido, fue Ministro de Educación y Alcalde de Bogotá. En el 46 volvió a la disidencia contra la candidatura oficial y bajo la divisa de la restauración moral y democrática.

López Michelsen inició su carrera política a pesar de su padre, el gran López Pumarejo, y encabezó el MRL contra la alternación en la Presidencia. Atrajo a jóvenes, intelectuales, obreros y campesinos. Su programa de “Salud, Educación, Techo y Trabajo”, perfectamente puede reeditarse para la Colombia de hoy. Se reincorporó al grueso del Liberalismo en 1967.

ALFONSO GÓMEZ MÉNDEZ

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