Le preocupaba que por más que hacÃa dieta, un plan diario de ejercicios y se cuidaba en evitar alimentos por fuera de la dieta, no rebajara ni un gramo. En su historia figuraban dos liposucciones, una corrección de nariz y párpados, asà como un levantamiento de glúteos y de senos…
Mentalmente me pregunté qué le pasarÃa a esta señora, que no se querÃa ni un poquito. No gustaba de su apariencia y su obsesión era parecerse a las modelos y estereotipos que salen en revistas y televisión, hasta el punto de exponer su salud y la propia vida, sometiéndose a cirugÃas, todas guiadas por la vanidad. Es como vivir una vida prestada. La sociedad de mercado, en este caso, las empresas de belleza, salud y vestido, establecen un prototipo de belleza para las mujeres. Deciden si el cabello debe ser rubio, negro, liso, largo o corto, si las caderas, los labios y los senos deben ser prominentes o discretos, cuál debe ser el talle de la cintura, etc. Y nuestras mujeres, impulsadas por la publicidad y la vanidad, hacen todo lo que esté a su alcance para lucir iguales o parecidas al modelo. Esto también ocurre con hombres, niños y hasta personas de edad…
Un recién nacido recibe una herencia genética y sobre ella, poco a poco y a medida que crece, edifica lo que conocemos como el cuerpo humano. Este cuerpo posee una organización interna que funciona sin importarle si el dueño de ese cuerpo se dé cuenta o no. A pesar del dueño, ese organismo SABE si necesita agua, calcio o carbohidratos. Y acomoda sus componentes de acuerdo con sus necesidades. Entonces, el organismo SABE cuánta grasa tiene, dónde la acumula y cómo la moviliza. Este orden interno no depende del dueño del cuerpo. Si una persona decide modificar este delicado orden construido por el cuerpo, deberá atenerse a las consecuencias, porque el desequilibrio producido tendrá que corregirse, asà al dueño del cuerpo no le guste este autoajuste. Si a un cuerpo se le saca sin su permiso, mediante una liposucción, una cantidad de grasa, ese organismo trabajará para reparar el daño, es decir, recuperar la grasa. Es por eso que más del 90 por ciento de las personas a las que se les practica liposucción, rápidamente recupera su peso y, a veces, más. Este desarreglo tiende a producir obesidad y también enfermedades, no importa lo que se haga por evitarlo.
Después de explicarle lo anterior, ella me expresó que todo lo hacÃa por su marido, que él era un hombre joven y exitoso, y que si ella se dejaba engordar él no la volverÃa a mirar y perderÃa a su hombre y su matrimonio. Sorprendido le dije que ella debÃa aprender a vivir y disfrutar su vida, para ella y no para los demás. Que debÃa aprender a gustarse a ella misma, a valorarse por sus cualidades y valores y no por su mera apariencia; que su salud e integridad eran lo más importante…
Muy seria, se quedó mirándome a los ojos y me dijo con franqueza: “Usted, doctor, no entiende a las mujeres…â€. Y se marchó enojada.
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