Universidad humana e inclusión social

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Tan solo un veinte por ciento de los estudiantes que ingresan al sistema educativo terminan el bachillerato. Y de los que terminan sólo otro veinte por ciento ingresa a la universidad. Es decir, alrededor del 5 por ciento de los estudiantes que inician su educación llegan a la universidad. Es un verdadero privilegio ingresar a ella. En las universidades privadas los costos son muy altos para que hogares de estratos bajos puedan sufragarlos. Y en las universidades públicas, cuyos costos son menos onerosos, el ingreso es muy difícil por la gran demanda y la escasez de cupos. Un joven que no puede continuar sus estudios es presa fácil de la delincuencia, las drogas, la prostitución, trabajo informal y ocio.

Consciente de esta problemática, la Alcaldía de Ibagué se propuso desde hace dos años crear un programa que abriera las puertas de la universidad a los más pobres y a la población vulnerable. Es decir, educación superior gratuita con calidad y rigor para los estratos 1, 2 y 3. Se denominó Universidad Humana. Para que perdurara en el tiempo se logró que el Concejo municipal lo convirtiera en política pública, asegurándole recursos anuales para su sostenibilidad a través de un Fondo Educativo del municipio. Hay que aclarar que la Universidad Humana es un programa, no una institución.

Una vez convocados los estudiantes, una masiva inscripción se presentó, demostrando que la necesidad era grande y la pertinencia del programa. Los estudiantes se escogieron de acuerdo a los mejores resultados en las pruebas Saber 11, antiguo Icfes, y los más bajos puntajes en el Sisben. Entonces se escogieron a los mejores de los más necesitados.

Luego se contrató a las mejores instituciones de educación superior con sede en la ciudad, que ofrecieron carreras técnicas y tecnológicas y ciclos propedéuticos para carreras profesionales. Posteriormente se convocó a tecnólogos que quisieran continuar con los estudios para obtener el título profesional. En la actualidad casi mil estudiantes cursan las carreras que habían soñado, pero que por los escasos recursos no podían realizar. Son muchos los hogares que ven con ilusión cómo esta oportunidad les abre las puertas para mejorar la calidad de vida y volver a mirar el futuro con esperanza y confianza.

Las universidades aceptaron el reto de trabajar con adultos que hacía años habían terminado el bachillerato, prepararon cursos de nivelación académica y de inducción a las nuevas tecnologías de la comunicación e información, redoblaron esfuerzos para reducir la deserción y pusieron nuevos docentes en acompañamiento y tutorías. Valioso aporte y aprendizaje.

El año entrante ya se tendrán grados. El mes entrante se realizará nueva convocatoria. La acogida y el entusiasmo han sido grandes. Varios municipios han pedido información porque quieren emular la experiencia. El mismo Gobierno nacional, a través del Ministerio de Educación Nacional, decidió también acoger el modelo exitoso de Ibagué.

La Administración municipal ha sido reconocida nacionalmente por este programa de inclusión social, por creer en el talento y la capacidad humana de los habitantes de Ibagué y por estar convencidos que los sueños se pueden convertir en realidad.

Credito
AGUSTÍN ANGARITA LEZAMA

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