El consenso

Óscar Barreto Quiroga

Cuando arrancamos nuestro gobierno, utilizamos la estrategia del consenso para construir el Plan de Desarrollo, “poner las mayorías de acuerdo” fue nuestra premisa, aún lo sigue siendo. El consenso visto en el marco filosófico del acuerdo, es la consecuencia lógica del disenso, es decir del debate, del respeto por la diferencia, para llegar entonces a lo que decía Álvaro Gómez, “el acuerdo sobre lo fundamental” o como dice hoy el presidente Iván Duque “el gran acuerdo nacional”.

Para ver esos acuerdos como un fin real y efectivo, debemos recorrer el camino de cambiar viejas y mal sanas costumbres, enquistadas en profundidad en nuestra clase política, la participación de las fuerzas políticas en una coalición para elegir y gobernar, deben estar basadas y sustentadas en los famosos “acuerdos programáticos”, en los fines comunes del Estado, en programas de gobierno y en planes de desarrollo, debe entenderse la participación burocrática como el afán de cooperar, de enriquecer la ejecución, de trabajar por el bienestar de los ciudadanos. No deben, ni pueden las fuerzas políticas insistir en participar en una coalición de elección, para luego participar en un gobierno, que les permita ejercer el clientelismo, el poder para el crecimiento individual, personalista o grupista, no puede un gobierno manejarse con sectarismo, odios partidistas o de clases, que marquen diferencias ideológicas y sociales.

Un ejemplo de muchos que podría contar es cómo en Cunday perdí las elecciones, sin embargo en mi ejercicio gubernamental del primer gobierno invertimos más de $25 mil millones; en este periodo invertimos en la vía Carmen de Apicalá Cunday $17 mil millones de pesos, adelantamos obras en el acueducto por cerca de $2.700 millones para cumplir con el sueño de más de 15 años por tener agua potable, en un hecho sin precedentes hace pocas semanas llegamos con nuestro “plan para mejorar la productividad y la calidad de vida de nuestros campesinos” entregando 10 mil bultos de fertilizantes, beneficiando a 1000 productores, es decir a casi la totalidad de los campesinos que producen en Cunday, esto sin contar el beneficio en el proyecto de ciencia y tecnología sobre Cacao que beneficia a este y otros municipios por mas de $6 mil millones de pesos y otras muchas más inversiones.

El consenso, debe ser la práctica por excelencia que respete la diferencia para lograr mayores grados de equidad, mayores propósitos de enmienda sobre el pasado, eficacia y eficiencia en el presente y construcción de un futuro marcado de bienestar y calidad de vida para todos; el consenso debe ser la solución transformadora, la nueva doctrina sobre el qué hacer, el cómo hacer, pero para eso debemos ser, ser respetuosos de la diferencia, ser sensibles, ser bien formados, ser trabajadores y sobre todo, ser buenos tolimenses.

Gobernador del Tolima

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