Los poderes del estado están definidos en la constitución política de Colombia, con la concepción de mantener el equilibrio para que la sociedad colombiana funcione de la mejor manera, sin embargo muy a pesar de la cantidad de normas, leyes y decretos, la aplicación e interpretación de estas, pasa por el criterio de quienes ejercen la función pública en los diferentes poderes, las apreciaciones personales, los criterios y el contexto social de quien debe aplicar la ley, las normas son importantes a la hora que, el ejercicio público llegue de manera transparente, eficaz y eficiente a los ciudadanos.
Para el ejercicio de la función pública en cualquiera de los ámbitos del poder público, se necesitan dos componentes, el componente de formación personal en valores y el componente de formación profesional y conocimiento de lo público. En materia del ejecutivo; el conocer, diagnosticar, planear, financiar, ejecutar, vigilar y controlar, son aspectos todos de coherencia y cohesión ineludibles, si alguno falta la eficiencia y la eficacia de la acción, no será verdadera y mucho menos contundente.
Por eso tan importante a la hora de gobernar tener a Dios como premisa, la suficiente formación, cimentados valores, el conocimiento sobre el ejercicio de la función pública en el ejecutivo. El actual diseño del estado social y democrático de derecho, reclama gobernantes con una inmensa capacidad en el hacer, en construir, en transformar sueños en realidades, en llevar a cada rincón de la geografía por difícil que sea su acceso, verdaderas soluciones que transformen sus vidas.
Los discursos basados en la retórica están mandados a recoger, son un recuerdo de la vieja política mentirosa y vacía; no se necesitan gobernantes desde lo público que vayan a las regiones a decir lo que van supuestamente a hacer, se necesitan gobernantes ejecutores que visiten las regiones con la oferta definida, la planeación hecha, los proyectos financiados, una puesta en marcha de la ejecución y toda la transparencia y control. Muchos aspiran a gobernar y no saben ni siquiera como hacer una empanada para venderla en una esquina.
Hacer, ejecutar, solucionar inconvenientes, tanto en lo personal del ciudadano, como en lo general, el pequeño proyecto, de una asociación o comunidad, así como también el macro proyecto que transforma una región, requiere de conocimiento, formación personal y profesional, pero sobre todo capacidad de trabajar, alto compromiso con la verdad y concepción de servir, de ayudar, de HACER, de resultados.
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