La imaginación y la historia

Benhur Sánchez Suárez

Una de las controversias más enriquecedoras que sostuve con mi amigo Héctor Sánchez (a casi dos años de su muerte, qué tiempo tan implacable) tenía que ver con nuestras apetencias a la hora de escribir.
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H sostenía que la verdadera literatura era aquella que surgía de la imaginación porque con ella el escritor demuestra su creatividad y su capacidad estética. Lo demás es ensayo, quizás testimonio, no ficción.

Descreía mucho de quienes encontrábamos en los hechos históricos un buen material para escribir. Esa era mi posición. También hace presencia la imaginación, le decía, porque con ella se debe completar aquello que la historia no pudo o no quiso desarrollar. Y, además, se renueva.

A juzgar por su teoría, su obra la basaba en su imaginación, a partir de algún hecho que llamara su atención. Por ejemplo, cuando hablamos de su novela “El robo de la cañonera”, una de sus últimas producciones, quedé sorprendido cuando me confesó que nunca había ido al Amazonas. Y resulta que yo había sentido al leerla que me transportaba a la selva y al río exuberantes donde se escenificaba la aventura propuesta, y lo sentía dentro porque yo había visitado Leticia cuando escribía mi novela “El Frente inmóvil”.

Así que H murió y ninguno de los dos dio su brazo torcer. No cedimos en nuestros planteamientos.

Pero en estos días de encierro involuntario, con el simple nombre de una persona del común, que me pareció risible, he escrito un relato totalmente imaginado. El relato se fue construyendo espontáneamente. En verdad me dejé llevar por la emoción de escribir, misma emoción y facilidad con que escribí “La solterona”. ¡Oh sorpresa!, tengo que darle la razón a H. Escribí un relato coherente y literariamente satisfactorio, impulsado solo por la imaginación.

H no aceptaba la historia como tema porque ya está escrita. No pude convencerlo de que en la novela histórica también hay mucha imaginación. Recuerdo que sobre mi novela “Buen viaje, General” hizo un comentario despectivo.

H, es verdad que la historia está escrita o es de conocimiento general, pero son muchos los vacíos que permiten crear nuevas visiones, personajes y episodios, que no por nuevos deben eludir la debida coherencia.

Ya no te convenceré. Pero tú escribiste una novela que involucra tu propia historia personal y los personajes íconos de la historia latinoamericana, con la cual debiste darme la razón. La titulaste “Mis noches en casa de María Antonia”.

H, te moriste intempestivamente y dejaste inconclusa nuestra conversación, algo que siempre lamentaré. Así que, gracias H porque ahora me has demostrado el valor de la imaginación para escribir buena literatura.

Así es la vida. Sea esta corta anécdota un homenaje a su memoria. Para que nunca olvidemos su nombre

BENHUR SÁNCHEZ SUÁREZ

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