Un día como hoy, a diario

Lun, 12/12/2022 - 06:00

Son noticias recurrentes, casi a diario, en los medios de comunicación local, las relacionadas con la falta de suministro de agua potable en algún barrio o sector de la ciudad, el obsoleto alcantarillado, el deterioro de la malla vial, generalizado en toda la ciudad (y tenemos que acostumbrarnos, también, a que las escasas intervenciones sean lentas, costosas e ineficientes, además de generar trancones de hasta 2 kilómetros, en algunos casos, como el que desde hace más de un mes, se forma en la avenida Mirolindo, ello, como consecuencia de la ausencia de un Plan de Manejo del Tránsito (PMT) –como obliga la ley y el sentido común-. La incompetencia cuesta, en términos económicos y eso debería saberlo una administración que cada final de mes, mira para otro lado, al publicarse las cifras de desempleo local.

Se volvió reiterativo, sobre todo en las últimas dos semanas, el “tire y afloje” entre los vendedores informales ubicados en la carrera Tercera de Ibagué y la Secretaría de Gobierno local, que, entre acusaciones, va subiendo la presión del problema, sin una respuesta de fondo que, de manera definitiva, recupere el espacio público y garantice los derechos de todos. La precaria semaforización y el caos en la movilidad local, están a la orden del día; cuatro breves meses duró la Secretaría de Movilidad y ni un solo cambio positivo se implementó en su gestión, la nueva crisis del gabinete local terminará, como todas las anteriores, siendo un “gatopardismo”, al que nos quieren acostumbrar, pero del cual tenemos que resistir.

La tan anhelada, pero retrasada, puesta en marcha del Sistema Estratégico de Transporte (Setp) es tal, que ya Valledupar inició la operación de su Sistema Estratégico de Transporte Público, ¿y en Ibagué?, en veremos. La huella urbana que ha dejado un rastro de injusticia con los habitantes (y compradores) por la construcción sin planificación, no ha de faltar en los registros noticiosos de la ciudad, como un sinnúmero de etcéteras que, por ahora, podemos dejar aquí.

Todo lo dicho hasta ahora, son problemas que se vienen cultivando hace décadas en Ibagué –que se deben solucionar pero de manera eficiente-, como consecuencia, entre otras, de la inoperancia administrativa, producto de la “mecánica” electoral, que, sin duda, hay que cortar. Ese bufé de hechos narrados líneas atrás, llama la atención de la necesaria y urgente recomposición de la ciudad para ir superando, paso a paso, cada uno de los problemas que nos aquejan; es la creación de un círculo virtuoso, a pesar de los que inciden en la generación del problema, pero gracias a –y originado por- la suma de todas las voluntades de quienes tenemos un proyecto, bien sea económico, educativo, social, cultural, ambiental, entre otros, en el municipio.

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Camilo Ernesto Ossa Bocanegra