Desgobierno

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

Ibagué está detenida en el tiempo, no solo por sus condiciones físicas y económicas, sino también por la forma como nos (des)gobiernan (resalta el caos, la improvisación, la incompetencia, la politiquería y una cuestionable transparencia), donde, a escasos 5 meses de terminar la administración del alcalde Hurtado, estallan como granadas los graves problemas que enfrenta la ciudad y de los cuales, no da espera una pronta resolución. Una acumulación de hechos que han venido creciendo como bola de nieve, han puesto en el radar local, la movilidad, el tránsito y el transporte, como un factor, de primer nivel (hay muchos que se disputan ese lugar), que incide en la calidad de vida de los ibaguereños y en la competitividad del municipio.
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Reiterados y permanentes han sido los reclamos ciudadanos en torno a la gestión en materia de movilidad, una secretaría altamente cuestionada por su ineficiencia e inoperancia y una implementación de un Sistema Estratégico de Transporte Público con más dudas que certezas y un “convenio” con Infotic, al parecer, otorgado irregularmente, que le terminó de poner “la cereza al pastel”. Sin perder de vista el complejo panorama económico local, en materia de empleo, que pasó un poco inadvertido el resultado del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas –DANE- de la semana pasada por cuenta del paro, pero que seguimos en el segundo lugar de 23 ciudades y áreas metropolitanas, con el 16,1%, mismo lugar en cuanto a la desocupación juvenil se refiere, con el 25,6%. Sin duda alguna, estamos ante una clara ausencia de gobernanza, escoltada por un errado enfoque del desarrollo económico local (contribuye enormemente, en la definición de prioridades, visiones, modelos e intereses, la corrupción), que ha perjudicado a Ibagué, hasta lo que tenemos y percibimos hoy día.

Como bien lo define el Departamento Nacional de Planeación y la Red Nacional de Agencias de Desarrollo Local de Colombia –ADELCO-, el enfoque de desarrollo económico local es en “un proceso deliberado y dinámico de transformación local que, sobre la base de una identidad territorial, el compromiso de los actores involucrados, el reconocimiento de limitaciones y potencialidades, y el establecimiento de acuerdos mínimos, genera apuestas económicas sostenibles para el mejoramiento de medios de vida”, de ahí que, uno de los principales factores de desatención del territorio, esté dado por el desinterés de vincular a toda la sociedad en la Ibagué que anhelamos y deseamos construir (mucho interés particular).

No se puede, entonces, frustrar lo que todos esperamos al final del día y es la posibilidad y el ánimo de desarrollar, por cualquier ciudadano, aquí, en este territorio, un proyecto de vida. Hay que empezar por recuperar la ciudad para la gente y reconstruir la maltrecha gobernanza, que, la jerarquía (por una administración altamente deslegitimada), el mercado (por los evidentes problemas de contenido económico que aquejan a la ciudad) y hasta la heterarquía (por la falta de conexión e interdependencias para definir y ejecutar un modelo de desarrollo territorial) dan cuenta de la pérdida de un valor esencial en la administración pública: la confianza.

Camilo Ernesto Ossa B.

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