El trompo en la uña

Camilo González Pacheco

Los tiempos legislativos, no dan ni cuadran, para aprobar un referendo a corto plazo en Colombia. Pero sí sirven, para promover debates políticos orientados, desde muy temprano, a los procesos electorales de los próximos años. Por ello, se ha dicho certeramente que el procedimiento jurídico del referéndum o referendo, por el que se somete al voto popular leyes o actos administrativos para su ratificación, se ha convertido en el mecanismo de moda de participación ciudadana en la política colombiana, como mecanismo idóneo para modificar la Constitución desde las urnas.
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Lo acarician desde la derecha y la izquierda. Roy Barreras, impulsando el referendo de revocatoria del presidente Iván Duque. El uribismo, buscando acabar con la Justicia Especial para la Paz. La Alianza Verde con propuesta de León Fredy Muñoz y Cambio Radical con la de Rodrigo Lara, dirigidas al mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos. Todas apuntan a calentar desde ya los próximos comicios electorales. O sea, la propuesta de referendo a estas alturas, constituye en el fondo, una buena y eficaz estrategia electoral. Anticipan las campañas electorales.

En este sentido estratégico, la paz es un tema fundamental. Y de nuevo, alindera otra vez derecha e izquierda, en el actual panorama político nacional. El uribismo no menciona la palabra paz, pero como siempre, pretende hacer trizas los Acuerdos. En especial el Acuerdo de Paz de La Habana, proponiendo de arranque, derogar la JEP, reducir las Cortes, y excluir del Congreso a parlamentarios responsables de delitos de lesa humanidad. Impulsando también, reformas a la justicia, según sus urgencias y necesidades. Es decir, con todo contra los Acuerdos suscritos por las  Farc. Ni perdón, ni olvido. La derecha, vivita y coleando.

Los sectores alternativos, por su parte, expresados por  Roy Barreras y Petro,  acudiendo a mecanismos de participación ciudadana, buscan entre otras iniciativas, autorizar la revocatoria del mandato presidencial y la implementación efectiva del Acuerdo de Paz. Rodrigo Lara, con una propuesta particular y concreta, se enfoca en la construcción de un  programa público excepcional de empleo. Se percibe, la búsqueda de implementación de  procesos democráticos: democracia participativa y  democracia plebiscitaria.

Pero el asunto no es tan sencillo. Ni legal, ni constitucionalmente. Tiene que superar en tiempos, etapas bastante complicadas y largas. Para empezar, recordemos que dicha  ley requiere aprobación de mayorías en Cámara y Senado. Póngame ese trompo en la uña, recalcaban las abuelas, frente a retos parecidos. Además, esto llevaría un buen período en presentarla y aprobarla.

Por ahora, mejor ocuparnos de otros temas de más fácil y rápida tramitación y solución. Sin olvidar, que la paz es un derecho fundamental de todas y todos los colombianos.

CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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